Rafa Nadal es el deportista por excelencia de España, ejemplo para cualquiera. La prensa internacional ha utilizado hoy todos los adjetivos posibles pare describir su última gesta. Su excepcional capacidad técnica, física y sobre todo mental hicieron que el partido del domingo se convierta en inolvidable.
En España, todo son halagos: “Es una máquina”, “un campeón”, “un monstruo”, incluso, “el dios del deporte”. Nadal hizo historia el domingo al destrozar en la final (6-0, 6-2, 7-5) al número uno del mundo, un repaso histórico como es el 20º 'Grand Slam' de su palmarés para igualar el récord del suizo Roger Federer.
Otro domingo más pegados a la tele, pegando con él cada golpe ante el rival más incómodo. "Sin ceder ni un solo set en todo el torneo". Haciendo fácil lo difícil. "Lo que pasa es que estamos acostumbrados ya. Y lo vemos y nos parece normal", cuentan los aficionados.
El tenista está estirando su carrera como pocos. "Está jugando en este nivel desde hace 20 años. Es un animal", creen quienes le ven aún futuro como tenista. "Yo creo que dos añitos le quedan. Con ese poderío físico que tiene", dicen. Ha demostrado que su cuerpo puede y su cabeza más.
Y, como siempre, echando el freno para no creérselo demasiado. “Un día gana uno y otros día gana otro. Te deseo lo mejor para el futuro, Novack”, decía tras derrotar al serbio. Y sin perder la perspectiva porque “estamos en un momento triste mundialmente”, aunque se muestra positivo: “Esperamos salir pronto de eso”. Por todo eso, Nadal es un orgullo.
"Todos los triunfos suyos son al final para España", expresan en la calle, donde llegan a decir que “de España, lo único que podemos vender es Rafael Nadal". Inspirador como persona, un ejemplo único como deportista.