El objetivo del grupo era robar coches de lujo para luego vender las piezas. Se les atribuye estar detrás de, al menos, 56 delitos de robos de vehículos en tan solo seis meses en la provincia de Málaga. Podríamos decir, que cada tres días, robaban uno. El tiempo justo para fijarse en la víctima y preparar el asalto.
Catorce personas han sido detenidas por la Policía Nacional. Para los investigadores, forman parte de una organización criminal muy especializada en el robo de coches. Usaban medios técnicos, con lo que vulneraban los sistemas de seguridad de los mismos para, posteriormente, ser desguazados y enviados a países de Europa del Este. Habrían causado un perjuicio económico de 3.250.000 euros.
En el mes de marzo se inició una investigación que ya ha dado sus frutos. EL modus operandi en los robos puso en alerta a los agentes. No era fácil, porque los ladrones son expertos en la materia. Utilizaban desde llaves vírgenes, duplicadores de mandos-llave -que importaban del extranjero-, así como inhibidores de frecuencias y teléfonos vía satélite destinados a dificultar la investigación policial que sobre ellos pudiera recaer.
Cada uno tenía su función en el grupo. Unos se dedicaban a la localización de los vehículos que, posteriormente, y siempre en horario nocturno, serían robados, generalmente, en la vía pública. Tras la sustracción eran llevados a “puntos de enfriamiento” para, días después, ser introducidos en alguna de las naves que la organización tenía alquiladas, y en las que trabajaban “mecánicos profesionales” que desmontaban de forma meticulosa y ordenada los vehículos. Algunos con la intención de volver a ser montados en el país de destino, y otros serían para vender las piezas.
Las sustracciones de vehículos en su mayor parte eran perpetradas en la provincia de Málaga, fundamentalmente en las localidades de Marbella y Mijas. En una de las naves registradas se intervino un camión tráiler, de 5 ejes de grandes dimensiones y capacidad de carga, con matrícula ucraniana que albergaba en su interior una multitud de piezas de vehículos de alta gama ya embaladas y catalogadas, cuyo destino era Ucrania. La mercancía iba amparada en facturas falsificadas de distintos desguaces.
Fruto de los registros efectuados se pudo determinar que una de las naves estaba especializada en el desmontaje de los vehículos de alta gama sustraídos, en concreto de una marca bávara para, posteriormente, volver a montarlos en el país de destino. El otro almacén ocultaba en su interior un taller clandestino, donde los “mecánicos especializados” llevaban a cabo el desguace de los coches y procedían a embalar las piezas que, posteriormente, venderían en el país de recepción.
Los detenidos fueron puestos a disposición de la Autoridad Judicial, habiéndose decretado prisión preventiva para dos de ellos e ingresando también un tercero sobre el que pesaban dos órdenes de búsqueda e ingreso en prisión por otras causas; todos ellos, considerados “cabecillas” de la organización.