Esto quiere decir que la longitud de la zancada y la cadencia determinan la velocidad con la que corremos. La cadencia en el running es un aspecto muy importante que deben conocer las personas que la practiquen. Además, es aconsejable saber como medirlo y mejorarlo para que nuestro ejercicio sea más efectivo.
Para medir la cadencia es necesario un podómetro o un pulsómetro que registre los pasos mientras corremos. Ahora, también se pueden utilizar pulseras inteligentes que registran los pasos o aplicaciones en el móvil que nos ayudan a realizar esta función.
En el caso de no contar con estos instrumentos, se puede realizar con otra alternativa, según Escuela de Running. Cuenta el tiempo que tardas en dar 30 pasos con un pie y, luego, divide 3.600 entre la cifra que te haya salido.
Por ejemplo, si has contado que tardas 24 segundos en dar 30 pasos con un pie, divide 3.600 entre 24. El resultado serán los pasos que das por minuto si mantienes el mismo ritmo, por lo que en este ejemplo darás 150 pasos por minuto (ppm).
El cadencia debe ser, según los especialistas, de 180 ppm, aproximadamente. De forma que si lo contabilizas con el método anterior, debes contabilizar los 30 pasos en 20 segundos. La cadencia va siendo superior en la medida que entrenemos más y nuestro ritmo suba.
Teniendo en cuenta la cadencia cuando practicamos running, obtendremos grandes beneficios. Uno de ellos es la mejora de la técnica, ya que conocemos que es mejor dar más pasos que zancadas más grandes. Así evitamos la mala práctica del 'overstrinding' (dar grandes zancadas al correr). Esta provoca desperfectos en las piernas, sufriendo daños en la tibia y la rodilla. Además, nos fatigaremos mucho antes.
Por lo tanto, conocer la cadencia produce, indirectamente, un descenso del riesgo de lesión, ya que al conocer la técnica correcta evitamos periostitis tibil, problemas de rodilla y otras lesiones en las piernas. Esta teoría está avalada por un estudio publicado por el NCBI.
Otro beneficio es la mejora del rendimiento del corredor, ya que produce un descenso de tiempo de contacto con el suelo, pierdes menos energía, retrasas la fatiga, haces menos fuerza al apoyar, disminuyes el dolor muscular, etc.
Para mejorar la cadencia solo es necesario incrementarlo progresivamente con paciencia, evitando hacerlo de forma brusca. Hay aplicaciones móviles que ayudar a incrementarlo de manera gradual y sin hacernos daño. Debes contar tu cadencia el primer día e ir incrementando poco a poco hasta acercarte lo máximo posible a los 180 ppm. Una vez en ese punto, mantenerte lo mejor posible.