La parte que más se utiliza del cepillo, la que entra en contacto con los dientes, está conformada por filamentos sintéticos de varios grosores y, gracias a la fricción desestructuran la placa dental evitando su crecimiento y maduración, tal y como informa el Colegio de Higienistas de Madrid.
Por tanto, es muy importante renovar de vez en cuando este utensilio para que su eficacia sea la adecuada. Los estudios sostienen que los cepillos de dientes se desgastan, por lo que su efectividad se pierde.
Los higienistas recomiendan cambiar el cepillo de dientes cada tres o cuatro meses para garantizar el arrastre y control de la placa dental. Un truco que aconsejan es renovarlo en cada cambio de estación.