Células madre para ayudar a Bruno, Mariana y a muchos niños más
"No hay posibilidad de cura", "cuando una célula cerebral se muere es imposible regenerarla". "No hay puertas abiertas", "vuestro hijo tiene la peor de las lesiones y no se puede hacer nada". Frases como estas las llevan escuchando durante años los familiares de niños con daño cerebral sobrevenido, es decir, niños con un conjunto de alteraciones que afectan en mayor o menor grado a su cerebro previamente sano y que provocan enormes secuelas.
Bruno y Mariana son dos de esos niños con daño cerebral sobrevenido al que todas las puertas médicas se les han cerrado. Sus familiares llevan años luchando por mejorar la calidad de vida de sus hijos.
Mariana ingresó en el hospital con 13 meses con un pico de fiebre. Había convulsionado y en un principio los médicos no le dieron demasiada importancia. Volvió a casa y a las pocas horas de nuevo acudió al hospital. Cuando le dieron de nuevo el alta habían pasado varios meses. Ni andaba, ni se movía, ni reaccionaba a los estímulos externos.
Bruno estaba jugando con su padre en casa, sintió un fuerte dolor de cabeza. De ahí pasó a trabarse al hablar y a tener problemas para caminar. 4 meses de UCI y pruebas médicas que acabaron con el peor de los diagnósticos. Romboencefalitis Necrotizante Aguda.
Ante tanto pesimismo médico, las células madre abren ahora un nuevo hilo de esperanza. La 'Fundación Niño Jesús' junto con la 'Fundación Sin Daño' han iniciado un ensayo clínico. Necesitan financiación para llevarlo a cabo.
Su objetivo es la introducción de células madre “mesenquimales” en niños con daño cerebral adquirido. Estas células son indiferenciadas, es decir, tienen la capacidad de "autorrenovación multipotencial", es decir, localiza la célula dañada y se convierte en una idéntica ocupando su lugar y función.
El ensayo clínico está en la Fase 1. Participan 5 niños, entre ellos Bruno y Mariana, y si encuentran más recursos económicos podrían participar más niños. Las expectativas de los médicos son optimistas.