El padre de Lázaro Alves, Eduardo Augusto Alves, portugués residente en Gijón, murió en el accidente del pozo Nicolasa en 1995, en Mieres. Entonces Lázaro era un niño pero ya supo que de mayor formaría parte de la Brigada de Salvamento. En este accidente fallecieron 14 mineros por una explosión de gas grisú.
Esta misma Brigada participó en el accidente de la mina de Carbonar, en Cangas de Narcea, en 2018. Allí estuvieron sin dormir y trabajando 16 horas al día hasta que se extinguió el incendio que duró varios días. Extingir un incendio en el interior de una mina es una tarea muy complicada como poco. En esta ocasión, la Brigada de Salvamento, al frente de las tareas de extinción tardó más de un mes en apagarlo y a la semana de darlo por extinguido se reactivó.
Una de sus más recientes intervenciones fue cuando el espeleólogo vasco José Gambino quedó atrapado en la torca de Arañaga en junio de 2017, en Vizcaya. Durante tres días, estos mineros junto con un equipo de 8 personas trataron de sacar su cuerpo de allí. No lo consiguieron. Era muy peligroso sacar al espeleólogo y la familia decidió que reposara en aquel lugar.
La Brigada de Salvamento Minero nació en el año 1912. Desde entonces ha salvado la vida de muchos compañeros y de personas atrapadas en incendios o en lugares angostos.
Su primera intervención fue en 1914 en un primer rescate en el Pozo María Luisa, donde murieron cuatro obreros por una explosión de grisú. En 1978 intervinieron en el incendio en el túnel ferroviario de Congostinas, Pajares, de un convoy con 13 cisternas de combustible.
Ya en 2007 intervinieron en el incendio de la cinta transportadora del lavadero de Modesta, en Langreo. El fuego generó una nube de monóxido de carbono que intoxicó a 140 personas y obligó a desalojar de sus casas a más de 700 personas.
En 2010 actuaron junto con los bomberos asturianos en el incendio en el túnel del Lote VII de las obras de la variante de Pajares.
Sergio Tuñón, Antonio Ortega, Maudilio Suárez, Lázaro Alves Gutiérrez, Antonio Huerta, Jesús Fernández Prado, Rubén García Ares y Adrián Villarel conforman un cuerpo de élite galardonado con la Medalla de Oro con distintivo azul del Mérito de la Protección Civil Española concedida en 2007 o la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo que obtuvo en 1972, distinciones a las que se suman las medalla de plata de Asturias y de la Cruz Roja.
Hoy colaboran con otros equipos de rescate que solicitan su ayuda, como ha pasado con Julen. Trabajan con los TEDAX y desde hace no mucho tienen una acuerdo de colaboración con El Principado de Asturias. A pesar de todos, la Brigada, que depende en gran medida de una empresa privada podría desaparecer cuando Hunosa se quede sin minas que explotar.