La mujer de 35 años no ha querido revelar del nombre del hotel, pero ha explicado que le dieron permiso por adelantado para hacer una sesión fotográfica allí. “Pedí a un fotógrafo que me hiciera fotos en bikini y lo consulté con el hotel. Me dijeron que podía hacer fotos en cualquier lugar del hotel, excepto en el piso del casino, siempre que no tuviera un equipo grande”, explica en declaraciones recogidas por Fox News.
Sin embargo, cuando un guardia de seguridad la vio en bikini, se acercó a ella y le pidió que se tapara. “Estábamos haciendo fotos en una parte del hotel y un guardia se nos acercó y nos pidió que parásemos. Me dijo que me vistiera, que tenía que ponerme la ropa porque no tenía permitido utilizar un bikini. Intenté hablar con él, pero no me escuchó. Le enseñé los emails del equipo de relaciones públicas, pero le dio igual”, afirma O’Brien.
La mujer está segura de que su tamaño tuvo mucho que ver en la reacción del guardia de seguridad, ya que no era la única chica que estaba en bikini y solo le llamaron la atención a ella.
“Otras mujeres estaban paseando por el hotel también en bikini, pero nadie les decía nada. No quiero pensar mal de la gente, pero no puedo evitarlo. Claro, las chicas delgadas en tanga y tacones son bienvenidas, pero una chica más grande en bikini intentando hacer una foto épica, es demasiado”, cuenta en su publicación en la red social Instagram.
También añade que le pareció irónico haberse hecho sesiones de fotos en otras ciudades del mundo y que fuera en Las Vegas donde le llamaran la atención. “Que nos vean. Ya no nos escondemos y vamos a ponernos lo que queramos y donde queramos. No solo en Las Vegas, sino en todos lados”, reivindica.