Laura Luelmo es un nombre que nunca se olvidará en El Campillo. Una joven de 26 años con el afán de enseñar en las venas. Todo se acabó. En la casa de sus vecinos de enfrente habitaba la maldad. El 17 de diciembre de 2018, un vecino de El Campillo (Huelva) que paseaba por los montes encontró el cadáver de Laura Luelmo. Estaba a 15 kilómetros de distancia de su casa. Solo llevaba 13 días en el pueblo para cubrir una baja en un instituto de Nerva, una localidad vecina. Laura empezó a dar clases de Plástica en el IES Vázquez Díaz. El 12 de diciembre, sobre las cinco de la tarde y tras una pequeña compra en un supermercado del pueblo, Bernardo Montoya, un ex convicto de 50 años recién salido de prisión por asesinar a una mujer y por intentar violar a otra, la secuestró metiéndola en su propia casa, que estaba a diez pasos de la que Laura había alquilado a una compañera de instituto. Allí, la golpeó y la agredió sexualmente. Luego, se deshizo del cuerpo en un paraje a las afueras de El Campillo. Los forenses señalaron que la víctima murió en las primeras ocho horas posteriores a la agresión. Esa es la versión hasta el momento.
Ahora, el presunto asesino de Laura Luelmo ha mandado una carta en exclusiva a 'Ya es mediodía'. En la carta, vuelve a decir que es inocente: "Yo sólo soy culpable de trasladar el cadáver pero la verdadera culpable sigue ahí fuera y es Josefa. En el alfa negro que cogimos tiene que haber 20 o 30 huellas de Josefa y seguro que hay alguna grabación de ese traslado. En mi móvil tengo audios de Josefa en los que dice que quiere matarla, creía que yo le había dejado la casa y que me hacía favores". Montoya sitúa el lugar donde se encuentra el martillo nunca encontrado en la carta enviada al programa cerca de lugar donde apareció el cuerpo de Laura. El mismo Montoya ya confesó en su día que después haberla matado en su propia casa - incluso pidió perdón a la familia - pero, al entrar en prisión, se retractó y acusó del asesinato a su exnovia, Josefa.
No es la primera vez que Bernardo apunta a Josef. En su día la titular del Juzgado de Instrucción 1 de Valverde del Camino denegó a Bernardo Montoya –principal imputado por el secuestro, la agresión sexual y el asesinato de la profesora zamorana en diciembre de 2018– la realización de una diligencia de entrada y registro en el número 1 de la calle Córdoba de El Campillo para requisar y analizar un tazón y un mechero que según el acusado tendría las huellas de Josefa.
El abogado también pidió rescatar el teléfono móvil de Bernardo para rescatar unos presuntos audios intercambiados entre los dos investigados por el crimen de Laura que corroborarían "que los dos tenían contacto en los días y las horas previas" a los hechos, por lo que Josefa Carmina "habría faltado a la verdad".