Según la sentencia contra Bernardo Montoya por matar a una anciana de 82 años en Cortegana, Huelva, “la acometió con el machete que portaba, asestándole primero una puñalada en la región dorsal y seguidamente, cuando se hallaba en el suelo, otras 6 puñaladas en el cuello”.
Así mató a esta mujer en 1995. Inicialmente fue a robar a casa de la mujer pero como lo detuvieron quiso vengarse de ella. Mientras esperaba la celebración del juicio, volvió a su casa y la mató.
Cumplió condena pero regresaría a prisión por asaltos a mujeres cometidos en 2008 y 2015. De hecho, había salido de la cárcel este octubre, pero en lugar de regresar a Cortegana, su pueblo de residencia, vino a vivir aquí, a Campillo, justo frente a la casa que habitaría Laura.
La misma casa de Bernardo es la de Luciano, su hermano gemelo y sentenciado también por el asesinato de una mujer de 35 años. Los crímenes de los hermanos y un tercer homicidio cometido también en Cortegana por otra persona degeneró en importantes disturbios en el pueblo.
Ahora, en Cortegana ningún vecino quiere hablar a rostro descubierto por miedo. Tienen miedo de un hombre del que su propio padre se siente avergonzado. “Si mi hijo lo ha hecho que lo pague”, ha dicho. También ha pedido perdón a la familia de Laura.
De confirmarse la culpabilidad de Bernardo Montoya, habría cometido el crimen prácticamente el mismo día de diciembre en que asesinó a la anciana de 82 años.