Un bebé de tres semanas pudo morir cuando su padre rodó encima de ella mientras dormían en la cama, según la investigación. Tom Coomer había colocado a Lydia-Louise Coomer entre él y la madre, Ebony-Jade Pearson, después de que la pequeña comenzara a llorar. Todo ocurrió el 27 de septiembre de 2016 en una casa de la localidad inglesa de Hanley.
La señora Pearson despertó a su marido gritando cuando descubrió que Lydia no respondía y estaba acostada de lado, con la cabeza presionada contra la espalda del padre. Una ambulancia llegó apresuradamente al domicilio y Lydia fue llevada al hospital, pero nada pudo hacerse por salvarle la vida.
"Debo haber acostado a Lydia ya que no hay otra explicación. Soy un hombre grande. Debo haberme dado la vuelta durante la noche", señaló Coomer a la policía. Por otra parte, Pearson reconoció a los agentes que la pareja fumaba cannabis "pero nunca dentro del piso".
El patólogo Roger Malcomson, quien realizó la autopsia de Lydia, señaló que no había pruebas suficientes para confirmar que la muerte del bebé fue causada por asfixia. Dio la causa del fallecimiento como insegura y advirtió sobre los riesgos de dormir juntos.
El doctor Malcomson apuntó a la investigación: "Lo que han dicho los padres puede ser cierto, pero no he visto ninguna evidencia contribuyente en la autopsia suficiente para confirmarlo como una causa de muerte".