El niño estaba en estado de coma inducido, enchufado a una máquina con derrame cerebral, desprendimiento de retina y otros daños. El bebé ingresó porque sufría un hematoma en la cabeza, tenía un brazo fracturado y también "cinco costillas rotas con callo", lo que indicaba signos de maltratos anteriores, explicaron fuentes conocedoras.
A raíz de las sospechas, el equipo médico activó el Protocolo de maltrato infantil de la Generalitat, y el padre acabó por confesar este jueves a los facultativos haber maltratado al pequeño, según fuentes cercanas al caso.
El padre está en libertad provisional con cargos y ha salido del municipio. El niño había sido atendido previamente en el hospital de Calella sin que los profesionales detectaran el maltrato ni lesiones previas, y atribuyeron los lloros a cólidos del lactante.
La Dirección General de Atención a la Infancia y a la Adolescencia ( DGAIA) abrió un expediente de desamparo y asumió la tutela del pequeño. El Departamento de Asuntos Sociales y el propio ayuntamiento de Pineda de Mar se personaron, además, como acusación en la causa judicial abierta.
Por su parte, el Departamento de Salud y el de Asuntos Sociales ha abierto sendas investigaciones para determinar si se cometió alguna negligencia en la aplicación o la activación del protocolo contra el maltrato infantil.