Hay una entre un millón de posibilidades que una pareja en la que uno es blanco y otro de color salga un bebé que no sea mulato. Catherine Howarth ha sido esa probabilidad y, siendo ella de color y su marido blanco, su bebé ha nacido muy blanquito y con ojos azules.
Los médicos descartaron que el pequeño fuera albino y aseguraron que Catherine tiene algún gen en el que el pigmento de sus predecesores podía ser blanco.
Ella explicaba que "no recordaba a nadie en su familia que no fuera de color, pero que debía haber alguno de sus antepasados que no lo fuera". También contó que "al principio pensaba que se les habían dado un bebé que no era suyo" pero que " se había enamorado a primera vista de él".
Según Daily Mail, el pequeño ha cogido los mejores genes de sus padres y ya se ha convertido en un modelo y ya le han hecho alguna sesión de fotos.