No siempre es fácil acertar y por eso aquí te dejamos diez errores, siguiendo a enfemenino.com, que no se debe cometer a la hora de alimentar a los más pequeños de la casa:
1. Introducir varios alimentos a la vez: deben introducirse de uno en uno para comprobar si el bebé es alérgico. Deben introducirse con un margen de 3 a 5 días.
2. Que coma delante de la tele: muchos padres sientan al niño delante del televisor para darle de comer. Los pediatras advierten de que esta práctica no es la más adecuada, ya que el niño pierde su referencia de saciedad al estar entretenido.
3. Eliminar las tomas de leche con la alimentación complementaria: durante el primer año de vida del bebé, el alimento básico es la leche, ya sea con lactancia materna o con biberón, o mixta. La alimentación complementaria, que se inicia a partir de los 6 meses, debe ser un añadido al aporte de leche, pero no sustituirla. No hay que destetar al niño porque empiece con nuevos alimentos.
4. Darle el biberón para dormir: aunque parezca increíble, algunos bebés comienzan a tener caries desde sus primeros meses de vida. Uno de los factores que más pueden influir es que se duerman con el biberón en la boca, pues así se favorece la llamada “caries del biberón”. En los niños de pecho, si se comprueba que ha salido alguna caries, es prudente retirar el pecho de su boca durante la noche para que no duerma con él.
5. Introducir el gluten muy pronto o muy tarde: el momento en que se introduce el gluten puede aumentar el riesgo de que el niño acabe desarrollando celiaquía. Actualmente la Asociación Española de Pediatría (AEPed) aconseja introducirlo sobre los 7 meses y hacerlo en pequeñas cantidades (dejándolo chupar un trocito de pan, añadiendo tres o cuatro macarrones a la papilla, poniendo un cacito de cereales con gluten a su comida…). Además, se ha constatado el efecto protector de la lactancia materna en relación a la enfermedad celiaca, por lo que se recomienda que el niño siga tomando pecho al menos un mes después de su primer contacto con el gluten.
6. Darle toda la comida triturada: en general, a partir de los seis meses pueden tomar pequeños trocitos de algunos alimentos. No es necesario que se lo des todo muy pasado. Es aconsejable ir cambiando de texturas y, a medida, que se vaya haciendo mayor, pasar de un puré muy líquido a otro semi-sólido hasta llegar a los sólidos.
7. No dejar que explore la comida: los nuevos alimentos forman parte de su aprendizaje. Hay que dejar que el bebé toque la comida porque así aceptará mejor el cambio de alimentación.
8. Insistir en que se acabe el plato: el niño sabe regularse muy bien, y come o no según su apetito. No hay que forzarlo a acabar el plato. Únicamente si pierde peso o si la ganancia no es la adecuada, habría que alarmarse.
9. Ofrecerle zumo en lugar de fruta: o les gusta o la odian. La fruta puede convertirse en un problema. Si tu hijo rechaza el puré de frutas, déjale que mordisquee directamente la fruta (hay mallas de seguridad para que no se atragante). A veces rechazan la textura del puré o el sabor. Es mejor que pruebes hasta acertar a que sucumbas a los zumos (especialmente si son industriales), ya que llevan mucha cantidad de azúcar. De hecho, hay bebés con diarrea crónica porque toman cada día un zumo con varias naranjas, lo que resulta excesivo para su tamaño y su peso.
10. Sucumbir a dulces, chucherías y snacks: durante su primer año, no conviene añadir sal, azúcar ni miel a sus platos. En el segundo año de vida ya se pueden condimentar con sal, pero en muy pequeñas cantidades.