El cadáver del cetáceo de seis metros estaba varado en la playa de Porto Cervo, en la isla italiana de Cerdeña, según ha publicado SkyTG24. Además de la veintena de kilos de desechos plásticos, la ballena gestaba en su útero un feto de dos metros en proceso de descomposición.
El hallazgo de la ballena ha provocado una nueva denuncia de la organización ecologista SEAME Sardinia que ha lanzado una campaña para evitar que los mares sigan convirtiéndose en un cementerio de basura plástica en la que muere la fauna marina.
La iniciativa 'Darle un nombre' pasa por preservar el esqueleto de esta ballena para que todos vean qué pasa por nuestra conducta negligente y cómo están muriendo los animales marinos por ingerir el plástico que tiramos al mar.
Se calcula que cada año terminan en el mar entre 150.000 y 500.000 toneladas de plástico; mas las 70.000 y hasta 130.000 de toneladas de microplásticos que llegan a los mares y océanos del mundo.
En el Mar Mediterráneo son 134 especies las afectadas por la ingestión de plástico, 60 son peces y tortugas, nueve son pájaros marinos, y otros cinco mamíferos.
Europa es el segundo productor de plástico del mundo, por detrás de China, que encabeza esta lista.