Aun así, los turistas siguen haciendo balconing. El último ejemplo han sido dos turistas alemanes, que saltan de un balcón a otro y de ahí a la piscina. Los dos jóvenes caminan por fuera de la barandilla y, en medio de la osadía, sueltan una mano para saludar al hombre que los graba. Todo eso antes de saltar a la piscina.
Algunos de ellos lo toman como una broma, que les puede salir cara. Se arriesgan a una multa de 600€ y la expulsión del hotel. Los vecinos de las zonas de playa están cansados de vivir estas chiquilladas y aseguran que "denunciarlo es inútil". Tampoco sirven de nada las advertencias que se hacen en los hoteles o en los países de origen.
Medidas para evitar el balconing
Mallorca pone en marcha su protocolo 'anti-balconing', con multas incluidas. Medidas que se han puesto en marcha en establecimientos hoteleros de la isla, la mayoría de la zona de Magaluf, con un alto índice de clientes un tanto temerarios. Público totalmente joven con edades entre los 18 y 25 años. Los vimos muchas veces saltar desde el balcón a la piscina bajo los efectos del alcohol y las drogas. Sin embargo, también hemos sido testigos de imágenes en las que cruzan de una habitación a otra con un alto grado de embriaguez. En muchos casos lo hacen porque olvidan las llaves en el interior.
En una reunión de urgencia en Baleares a la que han asistido distintas administraciones –con miembros del Ayuntamiento y de la Delegación del Gobierno entre otros–, se han propuesto soluciones para frenar el problema. Entre ellas: que víctimas de Balconing hablen con jóvenes que viajan a Baleares, como sucede en los accidentes de tráfico; que los hoteles incrementen la altura de las barandillas o que alojen a los clientes en plantas bajas; y sobre todo, evitar el ‘Happy hour’ o el 2x1 en consumiciones.