Uno de los elementos que indispensable en una casa familiar es la caldera. Sobre todo en los meses de invierno cuando hace más frío y necesitamos agua caliente y que nos mantenga calientes durante la noche. Por este motivo, tenemos que asegurarnos de que siempre se encuentre en buen estado.
Hay ocasiones en las que una mala instalación de gas puede desembocar en una situación peliaguda y de alto riesgo. Asimismo, la ley ha establecido que será obligatorio llevar a cabo una revisión de la caldera en un tiempo máximo de dos años, además, de una verificación de la instalación cada cinco.
Aun así nadie es libre de sufrir una avería en la caldera. Según el último estudio de Miltihelpers, esta plataforma online es la más rápida en la búsqueda de técnicos y profesionales que reparen tu caldera. Para facilitar la inmediatez entre los propietarios de viviendas, y aquellos arrendatarios que se encuentren en alquiler, existen este tipo de plataformas se servicios del hogar.
Por este motivo, estas son las principales averías que podemos tener en nuestras calderas.
En algunas ocasiones no conseguimos obtener la temperatura deseada cuando nos vamos a duchar, puede ser un problema de presión. La caldera no se encuentra en los niveles recomendados (1,2 y 1,5 bares) o por el contrario, la bomba de presión estaría estropeada y habría que sustituirla.
Suele pasar muy a menudo, que comienzan ruidos extraños en casa pero esto se puede deber a varios motivos: sedimentación, fuerte combustión por acumulación de gases, entre otros. Para ello, lo más sencillo es realizar una pulga individual de cada radiador para expulsar el aire retenido.
Uno de los problemas más frecuentes es que no consigamos encender la caldera, lo más probable es que la caldera se encuentre en modo “autobloqueo” por la salida de humos. Se trata de una avería peligrosa. Lo más aconsejable es llamar al técnico cuanto antes, siendo una de las intervenciones que más dinero cuesta, debido a que hay que revisar todo el circuito de evacuación de gases para retirar la suciedad acumulada. El coste puede llegar a superar los 350 euros.
Lo más probable en este caso es que la electricidad o el gas no lleguen hasta la caldera, por un error de electricidad o que la sonda de temperatura esté deteriorada. El coste puede variar pero se encuentra en torno a los 80 euros.
En ocasiones, mientras nos estamos duchando la temperatura del agua varia sola sin tocar el grifo. Esto puede ser provocado por que la sonda detecta incorrectamente los grados y no envía la información correcta. La reparación suele ser de unos 120 o 150 euros.