Cae la noche en Barcelona, la policía levanta el dispositivo y los manteros vuelven a ocupar el paseo. Empieza su negocio. Ayer, los manteros se manifestaron para poder reunirse con el ayuntamiento para buscar soluciones. "Queremos intentar organizarnos, por ejemplo. Queremos regular la venta, establecer horas para poder vender", comenta un representante del colectivo. Unos 100 agentes de Mossos d'Esquadra, Guardia Urbana y Policía Portuaria patrullan por los puntos calientes de venta ambulante para acabar con el top manta.
"No habrá horarios para seguir vendiendo, es un actividad ilegal por activa y por pasiva", comenta Albert Batlle, Regidor de seguridad del Ayuntamiento de Barcelona. La misma semana en la que la policía autonómica inicia un plan de seguridad por el repunte de delitos, 20 por hora y con un mes de julio con un balance trágico, cinco homicidios. "Yo me acuerdo de las noches aquí años atrás. Salias de trabajar y había problemas pero tampoco como ahora", explica una vecina de la zona.
El último caso se produjo el fin de semana pasado. Un grupo de 5 hombres pegó una brutal paliza a un joven de origen chino. Le golpean incluso cuando ya estaba tendido en el suelo y acabaron con su vida. Dos dispositivos simultáneos establecidos para hacer frente a una inseguridad que golpea con fuerza a la ciudad condal.