Se dispara la venta de tabaco en los estancos de Cádiz al caer el contrabando desde Gibraltar por el COVID

Miguel Ángel, el encargado del estanco Roldán, de Algeciras, lleva dos meses viendo caras nuevas. Gente que entra a comprar tabaco que antes no lo hacía. Su negocio ha crecido, y aunque estima un prudente veinte por ciento de aumento de las ventas, está satisfecho. No, no es que haya aumentado el número de fumadores, es que ahora hay mucho menos tabaco de contrabando, y esos fumadores aparecen por los estancos.

"Alguno ha llegado directamente pidiendo tabaco de contrabando, y le he dicho: caballero, ¿usted sabe dónde está viniendo?", cuenta este encargado. "Otra gente entra pidiendo referencias de marcas que no se venden en España, que son de contrabando. También se ha notado un gran aumento de ventas de las marcas más económicas, que son las que mas se venden de contrabando".

Las cifras hablan. Mientras a nivel estatal, por la menor vida social, la venta de tabaco cayó en marzo un 1,8 por ciento, en Cádiz las ventas crecieron un 11,8.

"El aumento de ventas ha sido impresionante, en algunos estancos del Campo de Gibraltar de hasta el doscientos por ciento", comenta el presidente de los estanqueros gaditanos, Salvador Vera. "Si estaban vendiendo unos treinta mil euros al mes, con los que no se puede vivir, han pasado a los ochenta o cien mil, que permiten mantener el negocio".

La explicación no hay que buscarla muy lejos. Está en el mismo Gibraltar. De un tránsito de treinta mil personas diarias se ha pasado a un par de miles. Menos cartones pasados por los matuteros, y mayores controles policiales, que han añadido presión a los contrabandistas.

"Hay un factor más. Aunque ha seguido habiendo algo de contrabando en embarcaciones pequeñas, los contrabandistas se han encontrado con problemas de distribución", señala el presidente de los estanqueros. "Ha habido muchos controles en las carreteras por el tema del confinamiento, y muchas de las tiendas donde se vendía tabaco de contrabando estaban cerradas".

Todo un toque de atención, dicen los estanqueros, para comprender dónde está un problema, que ha diezmado el número de estancos en ciudades como la Línea de la Concepción. Donde había más de una decena de establecimientos, sólo quedan tres. Y no es la única consecuencia.

"El ochenta por ciento del precio del tabaco son impuestos", aclara Salvador Vera. "Ese tabaco que viene de Gibraltar tributa impuestos allí, y no en España. La administración tiene que tomar nota".

Porque a causa del coronavirus, hay por fin una cifra muy aproximada de las ventas reales sin el efecto del contrabando. También de los fumadores. Los estanqueros de Cádiz les han puesto cara, por fin, a muchos de ellos.