J.M.C.R caminaba ayer a mediodía tranquilamente por la calle Agustín Blázquez de Chiclana de la Frontera. Eran poco más de las dos de la tarde. Un día más hasta ese momento para ese vecino de la ciudad de 63 años de edad. A esa misma hora otro vecino de Chiclana de 78 años conduce su vehículo por la misma calle. Nada que no hubiera hecho innumerables días de su vida. Momentos sin excesivo significado en la vida de ambos, hasta que le reloj se aproxima a las 14:20.
A esa hora, la rueda de lo imprevisto se pone en marcha. El conductor pierde momentáneamente el conocimiento. El coche, sin control, se dirige hacia la acera por la que transita J.M.C.R. El peatón no puede evitarlo. El coche lo atropella. El vehículo continúo circulando por el acerado hasta detenerse en una valla protectora situado junto a un paso de peatones y una academia de idiomas. Llega la policía local. Alguien toma una fotografía.
"Al conductor le da un síncope e invade la acera, con la fatalidad de que había un señor allí. Era la única persona que había en ese momento", cuentan a NIUS desde la Policía Local de Chiclana de la Frontera. "Al conductor le hicimos la prueba de alcohol y de drogas y dio negativo. lo hacemos siempre en este tipo de situaciones".
Y ese "era la única persona que había en ese momento" es importante. Junto al lugar del atropello hay una academia de inglés. Había cerrado a las 14:00.
"El coche termino donde está la academia", explican desde el centro educativo. "Los niños, habían salido a las dos. Menos mal que no había ni niños ni padres"
Con la policía local llegan los servicios de emergencia. En la acera el atropellado, en el coche un hombre desvanecido. El peatón presenta gravísimas heridas y es trasladado al hospital de Puerto Real. Allí, fallece poco después. El conductor es conducido al mismo centro sanitario, donde se le implanta de urgencia un marcapasos y se recupera. Y todo en un día cualquiera que, de repente, cruzo sus destinos en la misma calle, y a la misma hora.