En Tenerife, en plena hora punta, un hombre ha asaltado un restaurante armado con una catana.
El encapuchado, con el arma en la mano, se ha metido detrás de la barra para abrir la caja registradora.
El ladrón se tomó su tiempo: un minuto y medio para coger la recaudación del día, un total de 1.500 euros. Luego, se marchó tranquilamente guardándose el arma en el pantalón.