Así pasaron las horas durante el atentado en Barcelona
En un montón de escombros comenzó todo. Era miércoles por la noche cuando una explosión hizo desaparecer del terreno un chalé de Alcanar, en Tarragona. Dentro había más de veinte bombonas de butano y dos personas. Uno de ellos muere en el estallido. El otro sale herido. En ese momento nadie imagina que esta explosión estará relacionada con el atropello masivo. Poco antes de las cinco de la tarde de ayer una furgoneta irrumpe en Las Ramblas de Barcelona y, en su recorrido de más de quinientos metros, arrolla a todos los que paseaban por la calle. Casi a la misma hora, entre los escombros de Alcanar, se produce una segunda explosión. Podría haberse debido a una acumulación de gas pero la coincidencia en el tiempo también hace que se baraje la hipótesis de que hubiera un temporizador. Mientras, en Las Ramblas, todos se han atrincherado en los comercios. Comienza la operación jaula para cercar al conductor de la furgoneta. Se vigila cada recoveco y, entre esa tensión, un coche se salta un control, atropella a dos agentes y huye. El vehículo aparece a pocos kilómetros. Dentro, el cadáver de un hombre con heridas de arma blanca. No es el terrorista que, a esta hora, sigue en paradero desconocido. Y cuando el miedo persistía en Barcelona, el pánico se activa en Cambrils, Tarragona a la una de la madrugada. Cinco terroristas son abatidos tras un atropello en el paseo marítimo de la ciudad. Llevaban cinturones con explosivos pero, poco después, se comprobó que esos explosivos eran lo único que había falso en este atentado.