Los hechos transcurrieron en una vivienda de la localidad californiana de Santa Paula. Fue allí donde una mujer identificada como Maricela Magana Ruiz, de 47 años, en un acto sumamente cruel estuvo a punto de provocar una terrible tragedia. No lo fue porque los bomberos lo evitaron, desplazándose rápidamente al domicilio tras ser alertados de un incendio. Lo había provocado ella.
Tal como han informado las autoridades en un comunicado difundido también a través de Facebook, Maricela cogió a su hijo de tres años, le puso una bolsa de plástico en la cabeza, le ató las manos y le dejó solo en una habitación. Después, prendió fuego a la casa y ella misma, en otro cuarto de la casa, se ató a la cama mientras las llamas iban propagándose por la vivienda.
Fue en ese momento cuando Maricela llamó a distintas personas pidiendo ayuda, incluyendo a su padre, antes de telefonear al teléfono de emergencias.
Cuando el padre de Marcela llegó, el humo se había apoderado de la casa. “Gritó al niño y a su hija, y creo que eso alarmó al pequeño” que “fue capaz de liberarse y salir al pasillo”, explica jefe de la Policía de Santa Paula en declaraciones recogidas por Los Angeles Times.
Para entonces, los bomberos acababan de llegar, apresurándose a rescatar con vida tanto al niño como a su madre, quienes hubieron de ser trasladados al hospital por inhalación de humo.
Según ha revelado la investigación, no hay dudas de que fue ella quien provocó el incendio, si bien no está clara la motivación. Las principales hipótesis contemplan que haya actuado así por “una disputa con su marido por la custodia compartida del niño” o bien “que estuviese intentando acabar tanto con su vida como con la de su hijo”.
Por el momento, ha sido arrestada por poner en grave peligro la vida del pequeño así como por un delito de incendio premeditado.