Las principales asociaciones de padres y madres de alumnos han pedido no bajar la guardia y mantener los refuerzos en el próximo curso escolar, un año en el que la apuesta es la presencialidad total y que, "a priori", debe ser igual o más seguro que el anterior gracias al avance de la vacunación contra el coronavirus.
El tercer año académico con pandemia para más de 755.000 profesores y 8,2 millones de escolares comienza en apenas dos semanas bajo un escenario muy distinto gracias a la inmunización, en el primer caso prácticamente total y, en el segundo, con más del 55 % de jóvenes de entre 12 y 19 años con una dosis y el 13 % con la pauta completa.
Mañana, la sectorial extraordinaria entre comunidades autónomas y el Ministerio de Educación tendrá sobre la mesa un único punto: el protocolo anticovid para la vuelta a clase, acordado hace unos meses entre ambas partes cuando la situación epidemiológica era más benigna y no había irrumpido con fuerza la variante delta (más contagiosa).
El próximo curso se mantendrá la mascarilla desde los 6 años y los grupos "burbuja" hasta los 12 años y la distancia interpersonal podrá pasar de 1,5 a 1,2 metros en las aulas.
Las principales confederaciones de asociaciones de padres y madres consultadas por EFE coinciden en que este año hay que lograr la presencialidad en todas las etapas y niveles educativos, después de que el curso anterior, muchos alumnos de bachillerato y de formación profesional se vieran forzados a alternar las clases físicas con las telemáticas -una situación que se vivió de forma dispar en función del territorio.
Convienen también en que hay que mantener el refuerzo de los docentes contratados el año pasado por la covid-19 y ofrecer apoyo psicológico a niños que han sufrido pérdidas personales.
Una de las mayores organizaciones del sector, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), que agrupa a unas 12.000 asociaciones de centros públicos de educación no universitaria, aboga por la presencialidad 100 %, porque “la escuela es insustituible y es la garantía de equidad e igualdad de oportunidades para todo el alumnado”.
A lo largo del curso 20/21 “se demostró que los centros educativos son lugares seguros, gracias a los protocolos establecidos y al esfuerzo de toda la comunidad educativa”, en particular de los alumnos, por lo que “ahora pedimos que desde el Gobierno y las comunidades autónomas se mantengan los protocolos y también los refuerzos del curso pasado”.
En particular, señala a EFE una de sus portavoces, una “menor ratio en las aulas, una medida que además de a la prevención del coronavirus contribuye al éxito educativo y a la atención individualizada”.
Tras subrayar el impacto psicológico que está teniendo la pandemia, Ceapa considera crucial que el alumnado reciba educación emocional que le ayude a gestionar los posibles traumas asociados al largo periodo de confinamiento y el cambio de hábitos sociales y comportamientos que han traído aparejados los distintos protocolos de contención del virus.
Además, reivindica que se facilite el acceso de las familias a los centros pues la pandemia ha servido de “excusa” para recortar su participación en algunas comunidades y centros.
Otras de las confederaciones más grandes, la católica Concapa, en la que participan en torno a tres millones de padres, apuesta por mantener las medidas sanitarias y los protocolos actuales para una incorporación lo “más normalizada posible”.
Además, explica a EFE su presidente, Pedro Caballero, deben garantizarse los profesores de refuerzo por la situación de pandemia, información constante a las familias y la vigilancia por parte de la administración de cómo se aplican las medidas anticovid.
Caballero defiende, por otro lado, que se avance en “la vacunación de los menores siempre con el consentimiento de sus familias”.
De cara a la vuelta al colegio, la presidenta de Confapa, Begoña Ladrón de Guevara, pide mantener “la tónica del año pasado”, en el que se hizo “un gran esfuerzo de responsabilidad por parte de los docentes, las familias y los alumnos”.
Con esa experiencia, “la idea es que este año sea continuista” y se mantengan las ayudas y la responsabilidad personal para intentar “volver a la máxima normalidad”.
Esta organización, que cuenta con federaciones en casi todas las comunidades autónomas y representa en torno a un millón de familias, también apuesta por la presencialidad total, como ya se consiguió el año pasado porque es “esencial” para el desarrollo académico y, sobre todo, social del alumno, añade Ladrón de Guevara.
En ese sentido, pide desarrollar ese trabajo conjunto entre familias y colegios para apoyarse mutuamente y sacar adelante a cada uno de los niños, con especial atención a aquellos con necesidades tanto académicas como psicológicas para "aquellos que han sufrido pérdidas personales, para sacar adelante el duelo" con ayuda de la familia y la escuela.
El curso escolar 2020-21 acabó con el 99,9 % de las aulas abiertas y ninguna semana desde su inicio superó el 2 % de las clases cerradas.