El día en que Dana ha sido incluida como víctima de la violencia de género, la 46, hemos tenido acceso al auto de ingreso en prisión de su pareja. Sergio golpeó a Dana con un palo en el que encontraron restos biológicos de la joven. La envolvió en un edredón y la arrastró por las escaleras.
Los perros de la Guardia Civil marcaron sangre y las pruebas posteriores de los guardias de criminalística dieron positivo a la sangre a falta de los análisis definitivos. Los primeros análisis hace un mes dieron ADN de Dana porque estaban degradados por lejía, pero se han repetido para poder concluir que es sangre. La vivienda fue lavada con lejía y aguarrás. La jueza explica que Sergio metió a Dana en el maletero de su vehículo, muerta o malherida para matarla. Los perros también marcaron sangre en ese punto aunque la jueza no lo hace constar.
Tal y como avanzó Informativos Telecinco, en lugar donde se encontró el fémur de Dana, a seis kilómetros de la vivienda, por un perro de un vecino, estuvo Sergio tres días después del crimen. Lo han averiguado porque al analizar su móvil han comprobado que lo encendió justo ahí por la noche el día 15.
En el auto la jueza explica que Sergio incurre en contradicciones y que la tarde del crimen su teléfono y el de Dana estuvieron juntos; se encendieron y apagaron a la vez. Él sin embargo aseguró que se había marchado de casa y al volver Dana no estaba. La Guardia Civil sospecha que los mensajes que supuestamente envió Dana a una amiga, fueron escritos por Sergio para fabricar una coartada. La forma de escribir era distinta y hacía faltas de ortografía que Dana no hacía. Los familiares han acreditado que sabía el pin de su pareja.
A pesar de que algunos indicios como la sangre hay que corroborarlos en posteriores análisis, la jueza argumenta que la prisión es necesaria por el riesgo de fuga y destrucción de pruebas. La Guardia Civil sigue buscando el cuerpo.