Wasim Saeed presuntamente violó a una joven y las dos familias acordaron reconciliarse con la condición de que la hermana de Saeed fuera sometida a una violación por venganza. Así, un grupo de 12 personas obligó a otro hombre a que la violara para hacer justicia.
Las doce personas que supuestamente obligaron al hombre a atacar sexualmente a la pequeña son distintas personas del pueblo, un consejo de aldea, ancianos y miembros de su propia familia. Los ataques de venganza están prohibidos por la ley, pero aún se practican en algunas zonas de Pakistán.
El año pasado tuvo lugar un caso similar en el que 25 personas fueron arrestadas por ordenar la violación de una niña de 16 años como venganza por una agresión sexual cometida por su hermano.
En aquella ocasión, las 25 personas arrestadas formaban parte de un consejo comunal informal. Esto es un método de hacer justicia rápidamente en el que los que toman las decisiones son los ancianos del pueblo. Los lugareños consideran este sistema más justo que el legal, pues explican que éste último está lleno de corrupción.
Por su parte, la Amnistía Internacional ha concluido con que “las autoridades de Pakistán deben poner fin a la impunidad de la violencia sexual y deben reprimir los consejos comunales que prescriben horrendos crímenes contra mujeres y niñas y a menudo en venganza por actos cometidos por otros”.
“Durante demasiado tiempo, ha habido indulgencias con estas prácticas crueles”, asevera Nadia Rahman, activista de Amnistía Internacional en Pakistán, en declaraciones recogidas por The Independent.