La justicia italiana ha unificado en un solo procedimiento las distintas denuncias que se han ido produciendo en el periodo de tiempo comprendido entre 2016 hasta finales del año pasado, según consta en el escrito de archivo del fiscal.
La decisión de la justicia italiana se basa en "la falta de consistencia" de las denuncias, en las que no se ha podido probar ninguna de las acusaciones de maltrato y se apoya en gran medida en el informe elaborado por la perito judicial en el proceso sobre la custodia de los niños seguido en el Tribunal de Cagliari, en el cual se le define a Arcuri como "un padre cariñoso que cuida a sus hijos" y se hace hincapié en el "grado de manipulación" ejercida por la madre respecto a su hijo mayor.
La mujer fue condenada en España a cinco años de prisión y seis sin la patria potestad de sus hijos por sustracción de menores, después de que hace dos veranos incumpliera las resoluciones judiciales que le obligaban a entregarlos al padre, al que acusa de malos tratos.
En el relato de los hechos recogidos en la sentencia Rivas afirmó que se fue en mayo de 2016 con sus dos hijos de la isla de Carloforte (Italia) porque "no quería vivir más" bajo "las torturas" de su expareja y que, ya en España, no le entregó a los niños, pese a conocer las resoluciones judiciales que le obligaban a ello, porque estaban "escapando del maltrato" y quería protegerlos.
Juana Rivas presentó una nueva denuncia contra su expareja por supuesto maltrato a los niños y solicitó la adopción de medidas cautelares urgentes el pasado uno de octubre en Italia.