Canarias se ha llenado de aplausos en apoyo a la familia de Olivia y Anna Gimeno, las dos menores desaparecidas junto a su padre Tomás Gimeno desde el 27 de abril. Los ciudadanos, que han acompañado el aplauso con globos y pancartas en La Laguna, piden a Gimeno que las devuelva.
Un grupo de ciudadanos ha convocado un aplauso masivo a las 20 horas del domingo para demostrar que las islas "son un territorio de solidaridad y concordia". Además, se pretende demostrar que en Canarias "no hay espacio para estos comportamientos inhumanos y deleznables" sobre lo que se cree que es un secuestro por parte de su padre.
Así, han invitado a unirse a la iniciativa a todo el mundo desde sus ventanas y balcones, incluidos los representantes políticos, instituciones públicas, organizaciones vecinales y a todos los estamentos que quieran sumarse para mostrar su apoyo a Beatriz, la madre de las niñas, y a toda la familia.
Además, habían pedido a aquellos que en ese momento no se encuentren en su domicilio pero que estén circulando con su vehículo a hacer sonar sus bocinas en señal de apoyo. También habían solicitado a los barcos que estén atracados en los puertos canarios o en aguas de las islas a que se sumen con accionando igualmente sus señales sonoras.
Cabe recordar que en el caso de la desaparición de Anna y Olivia todas las hipótesis están abiertas y la búsqueda continúa más allá de Tenerife. De hecho, el sábado se inspeccionó un velero
El caso ha conmocionado a toda la sociedad. Rostros famosos han colaborado en la difusión de las imágenes de las niñas y su madre, Beatriz, ha escrito incluso una carta a Tomás Gimeno suplicando que le devuelva a sus hijas.
"Sobran las palabras para explicar qué puede sentir una madre cuando se llevan a sus dos razones de ser", escribe Beatriz, que no desiste en la búsqueda de las niñas y ha publicado varias imágenes de las pequeñas para ayudar a su localización.
Sobre el terreno, en el sureste de la costa de Tenerife, siguen activas las mismas unidades, centradas en el área donde Tomás estuvo dos horas en el mar, según su móvil. Tampoco se descarta en el interior del coche de Tomás, pueda terminar apareciendo alguna pista que aclare qué pasó aquel día con las niñas.
Cabe recordar que Tomás Antonio G. fue visto por última vez en la noche del martes 27 de abril en la Marina de Santa Cruz de Tenerife, donde sus cámaras pudieron grabarlo hasta en tres ocasiones, una de ellas cargando en su barco bolsas y maletas. En ninguna de estas imágenes aparecen las niñas aunque Olivia de 6 años, sí asistió esa tarde a unas clases deportivas.
Tras no devolver a las niñas a su madre a la hora acordada, Tomás Antonio G. zarpó en su lancha solo vez en la noche del martes 27 de abril en la Marina de Santa Cruz de Tenerife, como recogieron las cámaras de seguridad del puerto donde tiene el amarre y como corroboró un vigilante, que también lo vio cargando en su embarcación maletas y bolsas.
La lancha, en la que la Guardia Civil halló una mancha de sangre, que resultó ser de Tomás Antonio G.C., fue localizada horas después a la deriva y sin nadie a bordo frente al Puertito de Güímar. En las proximidades hallaron flotando en el agua una sillita de retención infantil de una de las niñas.
Al remolcarla de nuevo al puerto, los investigadores repararon en que la lancha, de seis metros de eslora y con un pequeño camarote, no tenía el ancla. Tampoco tenía activado ningún sistema de geolocalización. Fuentes cercanas al caso consultadas por Efe indicaron que una de las líneas de investigación trata de determinar si Tomás contó con la ayuda de tercera o terceras personas para la ejecución de un plan preconcebido.
En este contexto, el juzgado de Güímar que instruye las diligencias, declaradas secretas, emitió un requerimiento a varias entidades financieras para averiguar si el padre de las niñas realizó algún movimiento o extrajo efectivo en una cantidad notoria en los días previos a la desaparición. Además, la juez decretó una orden de búsqueda internacional a la par que las fuerzas de seguridad reforzaron la vigilancia en puertos y aeropuertos.
Su vivienda, una casa terrera en Igueste de Candelaria, donde las niñas estuvieron la tarde previa a su desaparición, ha sido objeto de varios registros en busca de cualquier indicio que arroje luz al caso. Indicios que también se han estado buscando en los testimonios recabados de familiares y allegados y en el análisis de un duplicado de la tarjeta del móvil del padre, para monitorizar sus movimientos y sus comunicaciones.