Un año desde la desaparición de Marta Calvo en el municipio de Manuel. Aquella noche entre el 6 y 7 de noviembre se perdió el rastró de la joven valenciana de 25 años, después de tener una cita con Jorge Ignacio P. J.
Tras 365 días no se conoce todavía el paradero de la chica, presuntamente asesinada por Palma. Un caso que cada vez más recuerda al de Marta del Castillo, que desapareció en 2009 y aún no se ha localizado su cuerpo.
Las alarmas saltaban la segunda semana de noviembre cuando la Guardia Civil empezó un gran operativo que se extendió a 30 kilómetros de la pequeña localidad valenciana para poder encontrar el cuerpo de la joven.
El rastro de Marta se perdió en Manuel, después que quedara con Palma y esta le enviara su ubicación con el móvil a su madre. Por ello, el principal sospechoso ya era el hombre de 37 años de nacionalidad colombiana con antecedentes penales por tráfico de drogas y conducción temeraria, identidad del cual no se conocía todavía.
La Guardia Civil, durante el operativo, extrajo la conclusión, después de rastrear la zona y encontrar restos biológicos en la casa de Marta, de que se podría tratar de una muerte violenta.
En medio de todas estas especulaciones, Jorge Ignacio P. J. confirmó esta hipótesis y se entregó en la madrugada del 4 de diciembre en el cuartel de la Guardia Civil de Carcaixent. Entre sus declaraciones, afirmó que, tras mantener una relación sexual con cocaína (fiesta blanca), Marta se murió y que, fruto de la presión, no supo cómo actuar y decidió descuartizar el cuerpo para luego distribuirlo en distintos contenedores de la zona.
La versión inamovible de Palma llevó a la Guardia Civil al vertedero de Dos Aguas. El 12 de diciembre los cuerpos especiales empezaron a examinar la basura para encontrar el cuerpo de la joven.
El 7 de agosto, tras casi ocho meses de búsqueda y de nueve mil toneladas de basura, el cuerpo de Marta no fue encontrado en la planta de Dos Aguas, hecho que confirmó la versión errónea de Palma. A partir de este momento, la familia de Marta afirmó a través de su portavoz que no tenían otra que confiar en nuevas líneas de investigación.
A partir del caso de la joven valenciana, la Guardia Civil encontró dos casos más que se atribuyeron posteriormente a Palma. En primer lugar, Arliene Ramos. El consumo de cocaína también rodeó la muerte de esta joven. La mujer brasileña, de 32 años, falleció en abril de 2019 como consecuencia de una sobredosis después de pasar la noche con Jorge.
El encuentro se produjo en una casa de citas del distrito de Ruzafa (Valencia). La grabación recogida por unas cámaras de seguridad, permitieron a los investigadores identificar al hombre de origen colombiano, que huyó del lugar cuando la mujer falleció.
En segundo lugar, Lady Marcela. De 26 años de edad y de nacionalidad colombiana, ejercía la prostitución y apareció muerta en junio del año pasado en un domicilio particular. También habría fallecido, presuntamente, por la peligrosa práctica sexual con cocaína que llevaba a cabo Jorge Ignacio.
Después de un año sin conocer el paradero de la joven, el pasado 4 de noviembre la Fiscalía barajó que pueden haber hasta 16 mujeres víctimas de las prácticas de violencia de Jorge Ignacio Palma. En estos casos también habría utilizada la misma técnica: la fiesta blanca.
Además, la Fiscalía calificó provisionalmente de homicidios los casos de las tres mujeres presuntamente asesinadas por Palma. Las familias de las tres víctimas consideraron que los hechos podrían conducir a acusaciones de asesinato.
Tras un año, las incógnitas del caso de Marta de Calvo siguen ahí. Tras ocho meses buscando entre toneladas de basura, 16 posibles víctimas y tres presuntos asesinatos, Jorge Ignacio Palma P.J. sigue en prisión provisional. La familia de la joven aún tiene la esperanza de encontrar el cuerpo. Un caso que recuerda cada vez más al de Marta del Castillo.