La sentencia de Ana Julia, 26 páginas de pura maldad

Es una sentencia sencilla, pero cruda y directa. No abusa de la literatura, pero la simple descripción de los hechos es cruel. Porque Ana Julia no demostró en ningún momento ningún atisbo de humanidad durante el crimen y la posterior puesta en escena. La magistrada explica en 26 páginas los delitos que cometió con una maldad y frialdad terrorífica.

Asesinato por la brutalidad del crimen; le fracturó el cráneo con un golpe contra el suelo, Gabriel sangró, luego le asfixió con fuerza tapándole nariz y boca, y le siguió golpeando la cabeza mientras el niño se resistía. Intentó defenderse muchísimo. Pero por puro instinto de supervivencia. La jueza lo explica así en la sentencia porque no quiere que se confunda la resistencia instintiva de Gabriel intentando respirar, con la indefensión que causó la preparatoria del crimen. Porque eso es la alevosía. Lo hizo sorpresivamente y de manera repentina aprovechando la confianza del niño en la novia de su padre, su superioridad física y buscando un sitio solitario para que Gabriel no los esperara y no se defendiera poniendo en peligro su plan. Los matices son importantísimos porque no hubo arrebato, el atenuante que buscaba Ana Julia con sus lloros y sus explicaciones atormentadas de que reaccionó a los supuestos insultos del niño. Nada de eso lo creyó el jurado y la juez lo explica. El otro atenuante que buscaba ella, la colaboración, también es razonado por la magistrada que dice bien claro que no confesó porque la detuvieron con el cadáver en el maletero y aun siguió diciendo que le habían puesto el cuerpo para perjudicarla.

La juez explica la condena a prisión permanente revisable por el desvalimiento de Gabriel, porque solo tenía ocho años. Porque es un menor de 16 años y es uno de los requisitos para imponerla. Y también es alevosía. Es el punto más delicado al haber utilizado la alevosía para el asesinato. Pero la jueza diferencia las clases de alevosía; la sorpresiva, y la convivencial o doméstica que ella buscó con sus actos, y el desvalimiento, propio de la víctima por ser un niño. Desligarlo va en consonancia con la última propuesta del Tribunal Supremo pero con toda probabilidad la defensa de Ana Julia buscará el recurso a la permanente en ese punto.

Ana Julia tendrá que estar 25 años en prisión para obtener la revisión de la condena, porque le condenan a dos delitos más. Aunque el tercer grado podría pedirlo a los 18. Esas dos condenas que la sitúan en ese tramo de revisión de la permanente son las lesiones psíquicas y el delito contra la integridad moral. Aderezado por el agravante de parentesco. Por cavar una fosa en la finca familiar, cortarle la muñeca porque no le cabía en la fosa, menoscabar, insultar, despreciar cuando lo desenterró y no paraba de hablar sola vejando la figura de Gabriel, simular, fingir hacer una farsa en público durante 13 días pero más cuando se vistió con la camiseta de Gabriel. Cosificó a los padres; Patricia y Ángel, los humilló, vejó y les causó lesiones psíquicas terribles. Cuando termine su condena tendrá 5 años de libertad vigilada y en 30 años no podrá acercarse o comunicarse con los padres. Condenada también a indemnizarles 250.000 euros a cada uno. Y a pagar la búsqueda, otros 200.000 euros. Ana Julia se convierte en la primera mujer condenada a Prisión Permanente Revisable. Aunque no es firme.