Esta gran revisión, que ha analizado las ventas de antibióticos orales para niños en 70 países de ingresos medios y altos, también ha concluido que la venta de antibióticos que solo deberían usarse para indicaciones específicas en una cuarta parte de todos los países representaron el 20 por ciento del consumo total de antibióticos. "Esto es preocupante, ya que existe un mayor riesgo de que las bacterias desarrollen resistencia a estos antibióticos", advierten.
En 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS) agrupó los antibióticos en tres categorías: Acceso, Vigilancia y Reserva, con recomendaciones sobre cuándo se debe usar cada categoría para garantizar que haya antibióticos disponibles cuando sea necesario y que se receten los antibióticos adecuados para las infecciones correctas.
Si bien el informe encuentra que el consumo de antibióticos de Acceso está compuesto por un promedio del 76 por ciento de las formulaciones de antibióticos apropiadas para niños en todos los países, el uso de amoxicilina en la práctica comunitaria es relativamente bajo (mediana del 31%). La amoxicilina, clasificada por la OMS como un antibiótico de Acceso, debe usarse como primera opción para las indicaciones de tratamiento con antibióticos más comunes que se encuentran en la práctica comunitaria.
"Este es el primer intento de desarrollar métricas simples sobre el uso de antibióticos en la comunidad infantil mundial en base a la agrupación de la OMS. Los países pueden utilizar los datos para evaluar sus patrones de uso de antibióticos en niños pequeños. Los países con bajos porcentajes de acceso pueden identificar oportunidades para un mayor uso de estos antibióticos. El uso innecesario de antibióticos de Vigilancia es más claramente identificable", señala la directora del estudio, Julia Bielicki.
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