La lucha de Alexis para reclamar su verdadera identidad de género en un país con leyes tan conservadoras como Chile no ha sido un camino de rosas. Sus padres le pusieron el nombre de Catalina al nacer, pero él supo desde bien pequeño que no era una niña. En 2016 decidió comenzar a referirse a sí mismo en masculino. Una transición no exenta de obstáculos.
Con ayuda de su hermana gemela y de su tía fue logrando pequeños gestos muy importantes, como su primer corte de pelo. El siguiente paso natural para Alexis estaba claro: hacerlo oficial. A finales de 2018, el presidente chileno Sebastián Piñera aprobó una ley para permitir a los mayores de 14 años cambiar su nombre y su género en el registro civil.
Hoy, Chile, uno de los últimos países del mundo en permitir el divorcio y que solo concibe el aborto en casos muy concretos, da un paso de gigante en dignidad y asume que la buena estrella de Alexis pueda seguir brillando, esta vez, bajo la luz que él ha decidido.