El 8% de la población adulta y el 12% de los niños españoles podrían superar la cantidad semanal tolerable de metilmercurio por consumo de pez espada y atún. Además, España supera el promedio de exposición de los países europeos en cuanto a ingesta de este metal. Una investigación realizada por la Universidad de Valencia (UV), la Fundación Fisabio y la Conselleria de Sanitat confirma que si bien la población valenciana no está expuesta a un exceso de metales, es necesario vigilar los niveles de plomo, cadmio, arsénico inorgánico y mercurio en los alimentos.
“La finalidad de este estudio es evaluar los posibles riesgos sanitarios derivados de las exposiciones dietéticas a metales. Del resultado se desprende que dichos residuos en los alimentos no presentan un riesgo inaceptable para los consumidores. Hemos comprobado que la población valenciana no está expuesta a un exceso de metales, lo que no significa que no hay que tenerlo en cuenta y seguir la vigilancia”, señala Guillermina Font, catedrática del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, Ciencias de la Alimentación, Toxicología y Medicina Legal de la UV.
La exposición se ha estimado a partir de datos de consumo de alimentos y la concentración de contaminantes en los mismos durante los años 2010 y 2011 a través de una encuesta realizada a 1.476 sujetos (195 niños de edades comprendidas entre los 6 y los 15 años, y 1.281 adultos de entre 16 y 95 años).
Un total de 8.100 muestras de comida de 81 alimentos diferentes fueron analizadas atendiendo a dos criterios: los alimentos más consumidos en términos de cantidad; y aquellos alimentos que contribuyen en mayor medida a la exposición a los metales de interés (pez espada o atún en el caso del metilmercurio o mercurio tóxico).
De cada alimento se recogieron 100 muestras en mercados locales y cadenas alimentarias de 11 ciudades de la Comunidad, ubicadas en áreas rurales y urbanas. Los resultados se publican en la revista Food Additives and Contaminants.
Analizando las cifras por metales, el estudio demuestra que la exposición al plomo para los adultos valencianos es inferior (0.21-0.44 µg/Kg pc/día o microgramos por kilo de peso corporal al día) a los que calcula la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA) para España (0.53-0.6744µg/Kg pc/día). Un microgramo es la millonésima parte de un gramo.
No obstante, la exposición a plomo podría superar valores de referencia en determinados grupos de población. Es el caso del 2,8% de la población adulta y del 28% de la población infantil para limites vinculados con problemas renales y de neurodesarrollo.
En el caso del cadmio, la exposición en la Comunidad (0.77-1.78 µg/Kg pc/semana o microgramos por kilo de peso corporal a la semana) es inferior a la del conjunto de España (2.02-2.23 µg/Kg), según las estimaciones de la EFSA. Sin embargo, del estudio se desprende que el 4% de la población adulta y el 8% de los menores podrían tener exposiciones a través de la dieta superiores a las máximas admisibles.
Arsénico inorgánico
Los niveles de exposición a arsénico inorgánico en la población valenciana fueron muy bajos en comparación con otros estudios nacionales e internacionales realizados por la EFSA. Sin embargo, pueden existir grupos de población que excedan valores de referencia.
En cuanto al metilmercurio o mercurio tóxico, según la EFSA España supera el promedio de exposición en comparación con el resto de países europeos (cuyo promedio es de 0.25 µg/Kg pc/semana en adultos). Ya dentro de España, se mantienen cifras similares. En el estudio, Valencia se sitúa con 0.54-0.60 µg/Kg pc/semana y Cataluña con 0.5 microgramos por kilo de peso corporal a la semana.
Los datos estiman que el 8% de la población adulta y el 12% de los niños podrían exceder la ingesta máxima semanal de metilmercurio, sobre todo debido al consumo de pez espada y atún. En el pez espada se observaron los valores más altos de metilmercurio. La mayoría de las muestras analizadas excedieron el límite establecido por la ley para el mercurio total.
Reducir la exposición
“Para reducir la exposición de la población se requieren distintos tipos de medidas. Por una parte la Administración debe seguir realizando controles para retirar del mercado aquellos alimentos que superen los límites máximos de metales. Por otro, es necesario vigilar los posibles focos de emisión, y seguir reforzando los controles ambientales, ya que la contaminación de los alimentos se origina por la presencia de los mismos en el aire y el suelo. En el caso del mercurio debe moderarse el consumo de pescados grandes como el atún o el pez espada”, destaca Vicent Yusà, subdirector general de Seguridad Alimentaria y Laboratorios de Salud Pública de la Dirección General de Salud Pública.
Los autores concluyen que la exposición de los menores a metales es aproximadamente el doble que la de los adultos. Los cereales son la principal fuente de exposición de la población general a plomo, cadmio y arsénico inorgánico, principalmente por su alto consumo.