El programa ‘Cuatro al Día’ ha emitido en exclusiva una entrevista con Albert Pérez, el condenado a 20 años de cárcel como coautor del crimen de la Guardia Urbana, por el que también está condenada su examante, Rosa Peral, a 25 años en prisión por el asesinato de su marido, Pedro R., quien también pertenecía al mismo cuerpo policial.
En sus declaraciones, Albert defiende que cuando llegó a casa de Rosa, Pedro R. ya estaba muerto: “La primera llamada que me hace Rosa, el día 1 de mayo, a la 1:51, no lo cojo porque estoy conduciendo y el manos libres no ha cogido la señal del bluetooth. Cuando yo llego allí ella está como ida; ella está en estado de shock. Han pasado cinco horas desde que ella me llamó a mí llorando, desesperada, por lo que había hecho, y diciéndome que fuera por favor, y yo no acudí. Cuando acudo cinco horas más tarde me la encuentro en el balcón, fregando el suelo, pero de rodillas, con un trapo. No sé con qué era, porque realmente yo nunca subí en ese momento a ese balcón. Ella estaba fregando con lejía”, relata, antes de continuar describiendo cómo actuó: “La llamo a viva voz a las tres de la mañana y ella no reacciona, sigue fregando el suelo como ida. Salto la valla porque no me hace ni caso. Cuando salto el rottweilerr se me encara, y es cuando digo: ‘¡Rosa, Rosa!’ y ella se asoma y baja corriendo, y la veo la cara hinchadísima. Le veo las marcas en el cuello. Ella cuando baja tenía en todo momento en la mano el ‘mira bebés’, y ella me enseñaba cuando lloraban y me decía que no le dijera nada a sus hijas”, explica, para inmediatamente subrayar: “Si cuando yo llego a esa casa hubiera podido hacer lo más mínimo por salvar la vida de Pedro, no cabe duda, ninguna, de que lo hubiera hecho”.
Según su versión, –en la primera vez en que Albert sale en televisión después de que el juez dictase su sentencia en abril del 2020 considerando que ambos actuaron “conjuntamente” en el crimen de la Guardia Urbanaambos actuaron “conjuntamente” en el crimen de la Guardia Urbana, perpetrado en mayo de 2017–, cuando llegó a la casa Pedro ya estaba muerto y por tanto su papel no sería el de coautor o autor material del asesinato; algo en lo que siempre ha basado su discurso. No se reconoce inocente, porque reconoce parte de su culpabilidad en ayudar a Rosa a intentar deshacerse del cuerpo y encubrirla, pero no acepta que se le sitúe como asesino de Pedro.
“Lo que yo veo cuando abro el maletero es el cuerpo de Pedro, con la cara llena de sangre y la piel con un tono bastante blanquecino. Por lo tanto, la muerte se había producido hace ya bastantes horas. Apuntaba a ello. Te hablo de algo que vi en cinco-diez segundos, no más”. “Automáticamente, cuando abrió el maletero y lo vi le dije: ‘cierra, cierra, cierra’, porque es muy impactante. Y lo que yo me encontré apuntaba a que alguien la había ayudado. No sé si fue ella misma, porque, evidentemente, cuando estás en un suceso traumático o en algo sobrevenido sacas fuerzas de flaqueza y puedes con el doble de peso de lo que habitualmente podrías”, señala, antes de relatar el momento en que se deshacían del cuerpo sin vida de Pedro, que apareció carbonizado y en un estado tal que imposibilitó esclarecer las causas exactas de la muerte; de cómo murió.
“Cuando ella quemó el coche ya tenemos la primera discusión y yo le estoy diciendo: ‘Esto que has hecho no está bien. Ya no que lo hayas matado, porque él te ha pegado o porque tal… Eso lo podías justificar hasta ahora”, afirma.
Sobre su culpabilidad, y sobre por qué, atendiendo a su versión, guardó silencio tras el crimen, Albert afirma, manteniendo clara cuál es su línea de defensa: “Evidentemente, yo tengo parte de culpa en callar. La manera en que actué todo ese tiempo, emocionalmente, era como un zombi. Yo estaba serio y estaba como perdido, realmente. A día de hoy, me cuesta recordar esa semana. Esa semana en que vamos allí, en que yo la ayudo, la acompaño con el coche para recogerla cuando ella lleva el otro coche a la montaña… Tengo escasos recuerdos y es como si una parte de mi cerebro no pudiera acceder a ciertos detalles. O sea, intentaba explicarle las cosas, intentaba que entrara en razón explicándole que era evidente lo que le había pasado, y se ponía a llorar. No había manera de hacerla entrar en razón, de decirle, ‘escucha, vale que no tenías que haberlo metido en el maletero, pero explica lo que ha pasado. Dime a mí, al menos, qué ha pasado exactamente”.
En este sentido, asegura: “Yo soy incapaz de entender cómo actué esa noche”. Más allá, en su versión apunta: “Si alguien está muy enamorado, ¿lo hubiera hecho? Sí, pero hasta ahí puedo llegar, porque ni yo mismo lo entiendo a día de hoy”.
Desde la detención de ambos por un crimen sobre el cual el juez incidió en que estaba cargado de “alevosia”, en el que llegaron incluso, en el proceso de ocultación del mismo, a intentar incriminar al exmarido de Rosa y padre de sus hijos, los dos condenados no se han comunicado. Preguntando a Albert por ella, en declaraciones exclusivas en ‘Cuatro al Día’ ha querido lanzarle un mensaje:
"Yo simplemente quiero saber por qué. ¿Por qué? ¿Por qué, Rosa? ¿Por qué es necesario haber hecho toda esta barbaridad? Ponerme a mí en entredicho, como me hiciste… ¿Por qué no dijiste la verdad desde el principio?
Además, ha dejado un mensaje a la familia de Pedro: “A día de hoy me arrepiento y me arrepentiré siempre de no haber actuado como yo tenía que haber actuado”.