El trayecto de Jerez de la Frontera a San José del Valle, no es precisamente fácil. Son poco más de treinta y cinco kilómetros, pero se tarda en recorrerlos en torno a 40 minutos. Echen la cuenta y verán que la media se sitúa por debajo de los sesenta kilómetros por hora. Es además un trayecto de doble sentido, en el que la más mínima distracción puede acabar en la cuneta, o en un choque frontal.
Finales de este verano, un pasajero se sube al autobús que cubre esa linea y se sitúa tras el conductor. Es un buen lugar para ver la carretera y no marearse. El autobús arranca, enfila la salida de Jerez y comienza el trayecto. El pasajero fija su vista en la vía hasta que algo le llama la atención. La mano izquierda del conductor no está en el volante, está en su teléfono móvil.
No es un momento, no es en un sola ocasión. Es algo constante. El pasajero siente el peligro y graba la mano del conductor. Un video tras otro. El autobus se cruza en esa estrecha carretera con motos y coches manejado con una sola mano. En ocasiones durante más de cincuenta segundos.
Viajando a sesenta kilómetros por hora eso son más de ochocientos metros sin prestar la debida atención a la carretera, ochocientos metros que alarman a los trece pasajeros que viajan en él. La denuncia, anonima, llega a la Guardia Civil. La investigación desarrollada por el Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico, G.I.A.T, ha permitido la identificación del lugar, del vehículo y de su conductor. Ya ha sido puesto a disposición judicial, por un supuesto delito de conducción imprudente contra la Seguridad Vial