El número de menores enjuiciados por violencia de género pasó de 179 casos en 2016 a 266 en 2017, según los últimos datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Un dato que los mismos jueces consideran "preocupante" en su informe, más aún cuando una vez revisados los casos, de los 266 registradas el año pasado, 249 acabaron con la imposición de medidas. Dado que los menores no pueden ingresas en prisión, la mayoría de las condenas se traducen en servicios a la comunidad.
Durante el primer trimestre de 2018, los menores a los que ya se les han impuesto medidas tras ser enjuiciados por violencia de género son 47, y un 2,2 por ciento de las mujeres que han denunciado por violencia de género (200), también lo son. Si sumamos las de procedencia extranjera la cifra sube a 258. Más aún. Según datos del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud el 27% de los jóvenes españoles considera normal dentro de la pareja la violencia de género. Hasta el 31 de julio de 2018 el efecto Manada parece haberse hecho notar y según los datos de Geoviolencia sexual se han producido 29 agresiones sexuales múltiples este año, 16 más que en 2017 y 15 más que en 2016. En este caso no se habla solo de menores.
El efecto va a más. Durante los meses de verano han sido numerosos los casos de agresiones sexuales de menores, al parecer, las abundantes fiestas durante los meses estivales y el alcohol, son una mezcla explosiva en la que tristemente los casos no cesan. Los casos se han sucedido.
Tres jóvenes detenidos fueron detenidos por la Guardia Civil por la presunta violación a una menor de edad en la playa de la Zurriola, en el barrio de Gros, San Sebastián, durante el desarrollo de la Semana Grande donostiarra. Cinco jóvenes lo fueron en Gran Canaria, sospechosos de agredir sexualmente a una chica menor de edad y tres, dos de ellos menores, fueron acusados de una presunta agresión sexual a otra joven en Salou, Tarragona.
En solo 24 horas, los cuerpos de seguridad del Estado se vieron obligados a investigar sendas agresiones en Menorca y en Girona sin olvidar que una joven riojana denunció este verano haber sido violada por un grupo de menores que jugaban a la Ballena azul.
El Ministerio del Interior también cuenta con datos oficiales en los que se percibe esta tendencia al alza en los últimos años en cuanto a abusos sexuales se refiere. En sus bases de datos tienen contabilizados 1.081 casos en 2015 por 1.271 en 2016. En ellos se observa que el avance es progresivo. Las agresiones sexuales han pasado de 417 en 2015 a 476 en 2016, año con los últimos datos disponibles. En 2015 fueron 417. Ocurre lo mismo en cuanto a los abusos sexuales vistos por los fiscales de menores. 795 casos en 2016, frente a los 664 de 2015. De estos datos se desprende una alarmante conclusión. Un total de 433 de los investigados o detenidos tenía entre 14 y 17 años, un 16,1% más que el año anterior.
Félix López Sánchez, catedrático del Área de Psicología Evolutiva de la Universidad de Salamanca, advierte en su estudio 'Agresores y Agredidos. Los abusos sexuales de adolescentes', que los menores que agreden sexualmente a otros, con frecuencia han sufrido otros tipos de maltrato, especialmente un maltrato físico, aunque también es frecuente que ellos mismos hayan sufrido abusos sexuales.
Nos encontramos ante una preocupante realidad que según López Sánchez tiene que ver con varios factores. La pulsión sexual adolescente, la desinhibición en el ámbito sexual y la falta de valores. En cuanto a las características personales específicas de los agresores, asegura que son adolescentes que tienen un déficit en el proceso de socialización que se manifiesta en carencia ética social, falta de habilidades sociales, falta de capacidad de autocontrol o, la más repetida, insensibles al sufrimiento ajeno, nula empatía por el sentimiento del prójimo.
La falta de límites y libre acceso a todo el contenido de Internet por parte de los menores, crea personas que no están totalmente maduras a una sexualización muy temprana.
Según los expertos el consumo de pornografía por parte de los adolescentes a través de Internet, hace que normalicen comportamientos agresivos y degradantes para las mujeres, en la mayoría de los casos.
En España los niños disponen de su primer teléfono móvil a los 8 años, mientras que hace seis años los menores no tenían este dispositivo hasta cumplir los 11. Algo está pasando.