Zohar Levi, científico perteneciente al Centro Médico Rabin en Israel, junto con un grupo de investigadores han realizado un estudio mediante el cual los participantes fueron seguidos entre 2,5 a casi 40 años, con una media de seguimiento de 18,8 años. Mediante este seguimiento se ha llegado a la conclusión de que los adolescentes con sobrepeso tienen el doble de probabilidades que los adolescentes de peso normal de desarrollar cáncer de esófago.
La investigación dio como resultado que el peso y el nivel socioeconómico, hasta la edad de 17 años, tuvo un gran impacto en el desarrollo del cáncer en el futuro. De hecho, adolescentes con sobrepeso registraban un riesgo 2,1 veces mayor de desarrollar cáncer de esófago y los de bajo nivel socioeconómico, un riesgo 2,2 veces mayor de desarrollar cáncer gástrico de tipo intestinal.
Los adolescentes que tenían nueve años o menos de educación, poesían un riesgo 1,9 veces mayor de desarrollar este tipo de cáncer, además de que los inmigrantes nacidos en países de Asia y de la ex URSS registraban un mayor riesgo de desarrollar cáncer gástrico.
Levi aseguró que "los adolescentes con sobrepeso y obesos son propensos a padecer cáncer de esófago, probablemente debido al reflujo de que tienen durante toda su vida". Levi también señaló que no está claro si la pérdida de peso más adelante en la vida o la obtención de un mayor estatus socioeconómico, podría reducir los riesgos observados.