Siguen estando en nuestras calles aunque han pasado a la más absoluta indiferencia. Desde la implcntación masiva de los móviles las cabinas telefónicas han caído en desuso. Del primer teléfono público que se instaló en España han pasado 90 años. Ahora desapareceran definitivamente porque
el Gobierno ya no exigirá que las compañías las mantengan. Tampoco habrá ya guías telefónicas, aunque pocos las echarán de menos. Ha llegado el momento de despedirse definitivamente de las cabinas.