Varias asociaciones de guardias civiles han expresado su rechazo y malestar por la agresión a la hija de 13 años de un agente del Instituto Armado en Palma de Mallorca. La niña fue insultada e increpada violentamente por una joven de 17 años al parecer por su parentesco con un guardia civil.
Los hechos fueron denunciados por la familia de la niña y son objeto de investigación sobre las repetidas agresiones que sufrió la menor con expresiones como "eres hija de guardia civil y te jodes". En concreto, se investiga la denuncia por una sucesión de actos violentos que ocurrieron el 28 de julio, cuando la niña de 13 años salía de la Comandancia de la Guardia Civil en Baleares.
Allí habría sido vista por una menor de 17 años, que la insultó con una actitud violenta que se repitió en los días siguientes en diferentes parques y zonas de ocio, en ocasiones junto a un grupo de 16 jóvenes que llegaron a jalear las agresiones --con puñetazos y bofetadas-- mientras grababan con sus teléfonos móviles.
La asociación profesional con representación en el Consejo de la Guardia Civil (APROGC), ha sido una de las organizaciones más activas en redes sociales a la hora de denunciar esta agresión a una niña de 13 años. "Nuestros menores no se tocan; pegar, acosar, insultar a hijos menores de guardias civiles no tiene ni nombre", ha señalado en su cuenta de Twitter.
"En cualquier país del mundo dan una paliza a la hija menor de un policía por el simple hecho de serlo y 'arde Troya'. Aquí tenemos que esconder a nuestros hijos para que no les peguen más", se ha quejado APROGC, que pide la intervención tanto del Ministerio del Interior como de otros departamentos como el de Igualdad, que dirige Irene Montero. La asociación ha recordado que en el pasado también ha denunciado ante organismo como Unicef hechos parecidos en otras regiones como Cataluña.
Este martes han expresado su queja las organizaciones nacidas desde la plataforma por la equiparación salarial Jusapol tanto en la Guardia Civil (JUCIL) como en la Policía (JUPOL), se hacen eco de la denuncia de la familia y apoyan a su compañero al considerar que los hechos pueden constituir un posible delito de odio. Además de la agresión relata episodios de presuntas amenazas y coacciones, que atribuyen a una joven de 17 años.
Las asociaciones profesionales policiales han trasladado su apoyo al padre de la menor y han reclamado "buscar soluciones para este tipo de comportamientos cada vez más extendidos en determinados colectivos de menores".