“El acoso escolar LGTBfóbico es un fenómeno social de violencia entre compañeras y compañeros de clase consistente en la intimidación, el aislamiento, la amenaza, la agresión verbal o física de una persona o grupo por parte de otra persona o grupo”, explica la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) a través de su campaña 'Stop acoso escolar LGTB'. Pero, ¿qué hacer si existe una sospecha o algún signo de alerta de que un menor sufre acoso escolar?
Ocho puntos para saber qué hacer en estos casos
1.- El menor tiene que ser consciente de que tiene a su lado a gente que le apoye en todo momento.
2.- No hay que forzar al menor a que diga más de lo quiere. “Cada persona tiene su propio proceso de autoceptación y lo cuenta cuando se siente preparada”.
3.- Es importante saber cuáles son los protocolos educativos de la Comunidad Autonómica en la que se reside.
4.- El centro educativo en el que están teniendo lugar el acoso debe tener conocimiento de ello. Se puede hablar con profesores, con orientadores o con la dirección. Tras ello se iniciaría el protocolo contra el acoso escolar.
5.- Hay que pedir al centro que realice un seguimiento de los hechos puestos en conocimientos y además solicitar que se informe del progreso del mismo.
6.- Un punto interesante puede ser la realización de actividades que ayuden a sensibilizar a todos los alumnos sobre la diversidad sexogénerica. Puede solicitarse tal petición al Departamento de Orientación y al AMPA.
7.- Si el problema no cesa se debe acudir a instancias mayores como a Inspección Educativa, a Servicios Sociales o a la Fiscalía de Menores. Ellos se encargarán de tomar medidas pertinentes.
8.- El apoyo psicosocial puede ser de gran ayuda para la víctima y para la familia.