Investigadores de la Universidad de Oxford dieron a niños clasificados como ‘poor sleepers’ (pobres durmientes) suplementos de Omega 3 durante cuatro meses o una cápsula de placebo.
Estudiaron a 352 niños de edades entre 7 y 9 años que tenían dificultades de lectura en la escuela, según el estudio publicado en el ‘Journal of Sleep Research’. Sus familiares rellenaron un cuestionario en el que se apreciaba que cuatro de cada diez niños sufría problemas de sueño. Los investigadores dieron sensores de muñeca a 43 de los niños clasificados como ‘poor sleepers’ para monitorear sus movimientos en la cama durante cinco meses. Descubrieron que los niños que tomaban una dosis diaria de Omega 3 obtenían 58 minutos más de sueño y se despertaban siete veces menos por la noche comparados con aquellos que recibían el placebo, informa Daily Mail.
La mejor fuente dietética de ácidos grasos omega-3 es el pescado azul porque el cuerpo humano no produce ácidos grados Omega 3. Una de las claves de los ácidos grasos Omega 3 es el ácido docosahexaenoico, que se cree ayuda a las células nerviosas a comunicarse entre sí. Se aconseja que niños y adultos coman pescado dos veces a la semana como mínimo, incluyendo una porción de pescado azul como el salmón.