Una de las empresas líderes en la producción de aceites en España, Acesur, que comercializa, entre otras marcas, Coosur, La Española o Guillén, y que embotelló y comercializó unos 117 millones de litros durante 2017, lidera este proyecto, denominado 'Healthy Oil'. Tienen como objetivo plantear una alternativa de aceites de semilla y oliva "más resistentes" en las frituras, comercializando nuevos aceites especialmente diseñados para este uso, tanto a nivel de hostelería como industrial.
Según los datos publicados por la ONU, en el mundo se consumirán en 2026 casi 220 millones de toneladas métricas de aceite, frente a las casi 180 que se demandaron en 2016. "Este ritmo de crecimiento lo liderará Europa, por su creciente demanda de alimentos fritos y servicios de comida", detallan.
Croquetas, boquerones o patatas son algunos de los alimentos más consumidos en España fuera del hogar y que requieren de grandes cantidades de aceite. "En muchas ocasiones, engloban una serie de posibles riesgos para la salud, ya que, durante el proceso de refinado de los aceite para fritura, estos aceites pueden acarrear la presencia de posibles contaminantes externos como los aceites minerales saturados (MOSH) y aceites minerales aromáticos (MOAH), 2,3-MCPD, el glicidol, los ésteres glicidílicos", aseguran desde este proyecto.
Por otro lado, detallan que durante la fritura de alimentos se generan también nuevos compuestos no deseables (acrilamida, glicilamida y diversos compuestos polares) que necesitan ser controlados y, en la medida de lo posible, eliminados.