El joven de 18 años y sin carné conducía el vehículo de un amigo cuando lo empotró contra una tienda en el barrio madrileño de Usera. Murió el hijo de tres años de la familia que regenta el comercio y otras tres personas resultaron heridas, entre ellas el padre y la hermana del menor.
La responsabilidad penal depende de la “calificación que haga el tribunal de los hechos”, ha explicado el abogado penalista, José Antonio Tuero. Así, si se considera una imprudencia grave, el joven se enfrenta a un delito de homicidio por imprudencia que está penado entre uno y cuatro años de prisión, más la pérdida del derecho a conducir entre uno y seis años.
Si el accidente se considera una imprudencia menos grave, el conductor no pisará la cárcel. La condena se reduce a una multa de entre tres y 18 meses, explica Tuero. Además, por conducir sin carné se le acusará de un delito contra la seguridad vial.
Tanto el conductor, como el dueño del coche que iba con él tienen una responsabilidad civil que asumir. En su declaración ante los juzgados, ambos explicaron que solo había cogido el vehículo para aparcar. Sin embargo, algunos testigos han señalado que estaban haciendo trompos.
Los dos están aún a la espera de pasar a disposición judicial.