Los felices abrazos del volver a casa por Navidad se tornan en despedidas tras el fin de las fiestas. Quedan atrás las emociones y los nervios vividos semanas atrás por los ilusionados reencuentros con los seres queridos a pesar de las muchas restricciones a las que nos obliga la pandemia, y llega el momento de ver partir a familiares y amigos.
Corren lágrimas en la terminal del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, en su mayoría por los hijos que se van a estudiar a otros países. Todo sea por mejorar su formación, o porque encontraron trabajo o rehicieron sus vidas a miles de kilómetros o en otros continentes.
Hay quien ya ha adquirido veteranía en estas despedidas y las asumen como algo normal. Otros lo llevan peor, y algunos tendrán la suerte de reencontrase en solo unos meses, pero la mayoría tendrá que esperar al menos hasta la próxima Navidad para volver abrazar el calor del hogar.