La gobernadora del estado de Alabama, la republicana Kay Ivey, ha promulgado este miércoles con su firma la ley aprobada por el Senado que prohíbe el aborto prácticamente en todas las circunstancias, con la única salvedad de que la salud de la madre corra peligro, una regulación que se convierte por el momento en la más estricta sobre interrupción del embarazo en todo Estados Unidos. La norma entrará en vigo en un plazo de seis meses.
La reforma penaliza con entre 10 y 99 años de cárcel a los profesionales médicos que participen en una interrupción voluntaria del embarazo, sin importar la semana de gestación, y deja sin castigo a la mujer que se someta a dicha práctica.
La versión aprobada previamente en la Cámara de Representantes de Alabama planteaba como exenciones el riesgo para la salud de la gestante, la violación y el incesto, pero estas dos últimas se han caído del texto por decisión de los senadores republicanos --27 hombres que ostentan la mayoría en la Cámara Alta estatal--, según NBC News.
Más de una decena de estados han aprobado este año medidas más restrictivas para los abortos, dentro de una campaña que tiene como foco principal el Tribunal Supremo de Estados Unidos, donde se debate una posible derogación del derecho de la mujer a abortar, que data de una sentencia de 1973. Tras los últimos nombramientos impulsados por el presidente, Donald Trump, los conservadores son ahora mayoría en el Supremo.
Varias organizaciones de libertades civiles ya han anunciado que la recurrirán ante los tribunales.