El Abad del Monasterio de Santa Maria de Poblet (Tarragona), Octavi Vilà, ha asegurado que está "profundamente avergonzado" en relación con la detención del monje de 68 años por presuntamente haber realizado tocamientos sexuales a una menor el pasado 15 de agosto.
Durante su homilía en la misa de este domingo por la mañana, Vilà ha lamentado haber sido --en sus palabras-- piedra de escándalo para creyentes y no creyentes, y ha insistido en que la presunta víctima "observó un hecho que, de ser cierto, nunca debería haberse producido".
"Nos sentimos como comunidad intensamente doloridos, porque quizá hemos hecho daño a un inocente, a una familia, a toda la Iglesia y a mucha gente", pero también por el hecho de que un monje de su monasterio esté siendo investigado.
Para el monje, ha pedido "misericordia" hasta que no haya sentencia firme y ha sostenido que debe estar amparado por una defensa justa, a la vez que se ha comprometido en la lucha contra todo tipo de abusos en la iglesia con las oportunas medidas de prevención, ha dicho literalmente.
"La duda nos ensombrece con aquello que haya podido dar lugar a escándalo. Por ello tenemos el máximo interés en que la justicia aclare los hechos y poder así llegar a la verdad que nos pueda hacer libres", ha insistido.
En este sentido, ha afirmado que se pondrán al servicio de la justicia sin restricciones, pero ha advertido: "La tentación de cargar a los demás algo infamante, de escampar calumnias, nos puede enturbiar el alma y hace falta evitar hasta a aquellos que queriendo ayudar enturbian la verdad".
Ha argumentado que todo el mundo tiene que purificarse con honestidad de sus malas acciones --textualmente--, porque de lo contrario se estaría ejerciendo "un juicio fariseo del hermano que ha caído".