Se ha dado de alta en agosto una línea telefónica a nombre de un familiar que lleva poco más de un año fallecido. Además, con esta línea se ha efectuado la compra de un terminal a plazos.
La compañía hace un primer reclamo a la viuda del importe total que ascendía a la suma de 1.340 euros. Cuando la familia se pone en contacto con la compañía para solucionar el problema, la cantidad ya supera los 1.400 euros, cifra que ahora supera los 1.500 euros.
En una primera llamada, como no son clientes de la compañía solo pueden acceder al departamento comercial. Al aportar el DNI del fallecido, la compañía de telefonía pone en contacto al allegado con el departamento de cobros pero no ofrecen ninguna solución.
Los únicos datos que han podido conseguir a través de la compañía han sido la factura del terminal, obteniéndola en tienda física y el DNI y nombre completo de la persona que recogió el terminal.
Lo que más preocupa a los familiares son los métodos que utilizan las empresas para dar de alta a un cliente. “Es bastante fácil usurpar la identidad en estas grandes compañías” añade la abogada Leyre López, ya que todo se hace a través de vía telefónica y no existe ningún mecanismo de control para garantizar que la persona que contrata sea en realidad la persona que manifiesta.
Se sienten estafados y desamparados por la empresa ya que además de haber permitido una suplantación de identidad del fallecido, un mes después de la muerte del hombre dieron de baja dicha línea.
Los parientes ya han denunciado los hechos el pasado 1 de noviembre y están a la espera de la resolución de la estafa.