Juan Carlos Martínez, de 54 años, aguardaba a ser juzgado por un asunto de drogas en la Audiencia de Valencia cuando entró en parada cardiorrespiratoria tras haber sufrido varias indisposiciones. Este episodio terminaría finalmente con su vida. A pesar de que contasen con la presencia de varios profesionales médicos en las dependencias judiciales que habrían intentado asistirle, la ausencia de batería en el desfibrilador del edificio podría haber sido determinante a la hora de atender al hombre.
No fue hasta la llegada del Samu, entre 10 y 15 minutos después, cuando se le pudo practicar sin éxito la reanimación pulmonar. Una reanimación que duró 45 minutos y que estuvo acompañada de otras maniobras como la intubación.
La Consellería ha abierto una investigación para aclarar los hechos.