El hallazgo fue posible gracias a dos esqueletos -de un niño y una mujer- encontrados en 2008 en una cueva de la región sudafricana de Sterkfontein, a 40 kilómetros de Johannesburgo, declarada cuna de la humanidad por la gran cantidad de fósiles que alberga.
Según recoge el 'Times', estos huesos pertenecerían a una especie desconocida de homínido situada entre el mono y el ser humano, lo que supondría un nuevo nexo en la cadena de evolución humana.
A juicio de los investigadores, se ubicaría en la época en la que los homínidos comenzaron a andar erguidos, empleaban herramientas y ya tenían capacidad de lenguaje.
El anatomista que en 1964 definió al 'Homo Habilis' como a una especie evolutiva del hombre, Phillip Tobias, subrayó que este "extraño" hallazgo consta de una mandíbula con una pareja de dientes, aunque detalló que todavía es "más raro" encontrar una mandíbula con un par de dientes ya unida al cráneo, y que a su vez, éste se encuentre conectado con la columna, y ésta con la pelvis.
La nueva especie, cuyo nombre significa "fuente" en el idioma sudafricano seSotho, comparte más rasgos con los primeros Homo que cualquier otro australopiteco y por ello puede ser su antecesora o estar emparentada con un antecesor que coexistió durante un tiempo con el Homo, explica el estudio.
Los dos esqueletos fueron encontrados el uno al lado del otro en un buen estado de conservación en depósitos de sedimentos de la erosionada cueva de Malapa, adonde fueron arrastrados por un alud, lo que indica que su muerte se produjo por la misma causa poco antes, señala en otro estudio en Science el geólogo australiano paul Dirks.
Según el científico, el entorno en el que habitó el Australopithecus sediba era muy similar al de hoy, con llanuras verdes y valles boscosos, aunque los ríos fluían en distintas direcciones y el paisaje era cambiante.
Los investigadores, que identificaron también en la cueva los fósiles de 25 especies de animales, entre ellos gatos diente de sable, antílopes, una hiena, un gato salvaje y un caballo, sospechan que el lugar, que tenía decenas de metros de profundidad, fue una trampa mortal para animales en busca de agua.
Enigmas
Los ancestros del hombre y del chimpancé comenzaron hace seis millones de años, y los primeros homínidos erguidos y andantes surgieron en torno a 3,9 millones de años atrás.
En opinión de los investigadores, los esqueletos recopilados hasta la fecha sugieren que los primeros homínidos pasaron la mayor parte de su tiempo en los árboles y sólo en torno a hace 2,5 millones de años fueron más "sofisticados".
"Cómo y por qué nuestros antecesores adoptaron un estilo de vida bipédico y perdieron señas de mono, como dedos de pies enormes, siguen siendo un enigma para la Ciencia", explicó el científico de la Universidad de Oxford, Simon Underdown.
RSO