Eva Abad vivía una doble vida. Repartía su tiempo entre las sonrisas y muestras de agradecimiento de sus pacientes en un ambulatorio de Terrassa (Barcelona) y los gritos e insultos que recibía en su casa de Manel, su pareja, un abogado de 50 años que trabajaba como corredor de seguros y con el que tenía dos hijos de 12 y 14 años, según informa El Español.
Abad, de 47 años, es la víctima 1009 de violencia de género. Este miércoles, Manel se presentaba en una comisaría de la localidad barcelonesa para confesar que había matado a su pareja con la que convivía desde hace 8 años. Según los datos de la investigación, la habría apuñalado con tanta saña que llegó a romper la hoja del cuchillo que utilizó para arrebatarle la vida.
Los vecinos de Eva y Manel sabían que algo no funcionaba bien en este matrimonio. Ella siempre iba con la cara agachada y escatimando los saludos. Él, por el contrario, caía mal por su carácter seco y altanero. Algunos le han llegado a acusar de chulería.
Como recoge el diario madrileño, los gritos y peleas en la vivienda que compartían en el número dos del Passeig Gran Vapor trascendían las paredes del hogar familiar. También los insultos con los que Manel agredía verbalmente a Eva y en los que la trataba de "puta", "perra" o "zorra".