Según recoge la revista 'Fundación', los ideólogos de la banda han elegido esas fechas después de haber proporcionado a organizaciones de la Izquierda Aberzale un documento en el que somete a consulta la creación de una Asociación o fundación.
Los terroristas pretenden equiparar a sus 'víctimas' con las que ellos han generado durante sus 50 años de historia, a los que califican como 'damnificados del conflicto', unos 9000, de los cuales casi 900 son muertos.
Establecen también distintas categorías de víctimas, tales como las producidas por la fuerza de los Estados, los que han sufrido daños personales colaterales y los que han resultado dañados por verse implicados en la lucha, que serían los miembros de las "fuerzas de ocupación" y los luchadores por Euskal Herría.
En su discurso ideológico argumentan que un represor no es otra víctima más, a pesar de resultar herido o muerto en el marco del conflicto, no los propios presos que no son víctimas, ni los miembros fallecidos de ETA, por eso al usar la palabra víctima hacen constar que debe ir adjetivada: víctima de la represión, víctima de la política penitenciaria, etcétera.
Influir en el debate político
ETA hace en sus documentos una reflexión general sobre la actual influencia social de las víctimas del terrorismo y argumenta que en los últimos años han tenido capacidad de influir en el debate político, una influencia que ha sido utilizada como apoyo a la represión contra la Izquierda Abertzale y para ejercer presión en contra de cualquier tipo de resolución dialogada del "conflicto".
En la estrategia de ETA para desactivar la presión social que ejercen las organizaciones de víctimas el terrorismo, está previsto, según los documentos a los que ha tenido acceso esta revista, que la Izquierda Abertzale difunda un discurso ideológico basado en la legitimidad e igualdad de derechos de las víctimas abertzales y otro sobre los "damnificados del conflicto", lo que sumado a la activación social en torno a ellas conseguiría alcanzar una dimensión política.
Entre las funciones que de debe cumplir esta asociación se encuentra la de reivindicar la equiparación de sus víctimas mediante actos políticos y contrarrestar el papel político de las Asociaciones de Víctimas del Terrorismo, provocando un contrapeso ideológico desde el concepto de víctima.
También buscan, desde la legitimidad que otorga a las víctimas, presentar un discurso a favor de la necesidad de una resolución del conflicto por medio del diálogo político así como contar con una referencia para cuando ETA tenga que plantear pasos en torno a las víctimas en una futura negociación con el Gobierno.
Por tanto, ETA pretende que esta nueva organización, nacida como marco de referencia plural de las víctimas ocasionadas por el "terrorismo de Estado", la "guerra sucia", la "tortura", etcétera, se incardine dentro del Movimiento Pro Amnistía y tenga como principales funciones reivindicar la equiparación de estas víctimas, la consecución de un discurso ideológico desde la legitimidad de "sus víctimas", mostrando las consecuencias del conflicto, y todo ello para reclamar una solución dialogada.
Composición plural
La nueva organización de víctimas que propone ETA debería tener una composición ideológicamente plural , incluyendo a familiares de miembros de ETA, Comandos Autónomos Anticapitalistas o IRAULTZA que han fallecido en activo o en la cárcel como consecuencia de la tortura o al encontrarse deportados en el extranjero, así como los que han desaparecido.
También pretenden contar con familiares de las víctimas ocasionadas por organizaciones como la Triple A, Guerrilleros de Cristo Rey, Batallón Vasco Español -BVE, GAL o de "incontrolados uniformados" y con familiares de ciudadanos muertos o heridos a causa de actuaciones policiales en manifestaciones, controles, lucha obrera y ecologistas, entre otros.
ETA quiere que esta nueva Asociación o Fundación desde ser compatible con otras organizaciones ya existentes en la Izquierda Abertzale como Askatasuna o Etxerat y que los familiares de presos y refugiados, a pesar de que se encuentren dentro de este concepto, no se ubicarán físicamente en él, ya que cuentan con sus propias asociaciones que no quieren mezclar en esta nueva organización de víctimas del Estado.
ETA no tiene claro si englobar a "sus víctimas" en una Asociación o en una Fundación. Decidirá sobre ello después de conocer las respuestas de los consultados durante el verano. Lo que si plantea es una sencilla estructura para ello, compuesta por una dirección permanente en la que estén unas seis u ocho personas, entre documentalistas, portavoz, responsables provinciales o asesorías legales.
Además quiere que estén integradas en esta estructura otras personas conocidas públicamente por ser víctimas del GAL y de ellas relacionadas con casos conocidos como el de "Lasa y Zabala". Todos ellos serían dirigidos por un coordinador general y se encargarían de gestionar las iniciativas públicas y las relaciones institucionales.
También tienen programado constituir la Asociación o la Fundación bajo cobertura de un manifiesto fundacional y a partir de una base de datos de víctimas seleccionadas.
43.000 euros anuales
ETA lo tiene todo estudiado. En los documentos a los que ha tenido acceso la revista, se detalla una estimación presupuestaria anual de unos 43.000 euros, que serían empleados en los sueldos de dos personas liberadas, la sede social, publicaciones y otros gastos corrientes de gestión.
Creen que esta nueva organización reunirá a cientos de "víctimas del terrorismo de Estado" y proponen que celebre dos asambleas generales al año. Los terroristas pretenden obtener principalmente financiación por medio de subvenciones públicas del propio Gobierno Vasco, aunque no descartan recaudar dinero mediante iniciativas propias en las que tratarían de implicar a la Izquierda Abertzale y a amplios segmentos de la sociedad vasca.
Por otra parte, la revista 'Fundación' detalla en los documentos de ETA que se refieren a la estrategia de equiparación de las víctimas se puede leer que la banda terrorista no está dispuesta a pedir perdón por sus acciones. En cambio si que demandan al Estado el resarcimiento por el uso de sus formas violentas y por las víctimas que ha causado.
ETA quiere utilizar a las víctimas en un hipotético proceso de negociación con el Estado. En este proceso plantean la creación de dos Mesas, una política y otra técnica. En la mesa técnica pretenden que se hable de presos y refugiados, de desmilitarización o entrega de armas, de las consecuencias del conflicto y de las víctimas.